La presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen, considerada una resistente ante Pekín, logró una amplia victoria este sábado en las elecciones presidenciales celebradas en esta isla de 23 millones de habitantes y que serán cruciales para el futuro de las relaciones con China.
"Taiwán está mostrando al mundo cuánto apreciamos nuestro estilo de vida libre y democrático y nuestra nación", dijo a la prensa la dirigente, que aboga por mantener la distancia con China.
Su principal rival, Han Kuo-yu, del partido Kuomintang, más afín a Pekín, aceptó su derrota y llamó a la presidenta saliente para felicitarla.
Según los resultados oficiales, Tsai obtuvo un 57% de los votos y Han Kuo-yu alrededor del 39%. Los dos candidatos tenían visiones divergentes sobre el futuro de la isla y de sus relaciones con Pekín, principal socio comercial.
Tsai se distancia del autoritarismo chino y dijo que confiaba en su victoria para hacer la democracia taiwanesa más fuerte. Han, en cambio, abogaba por estrechar relaciones con Pekín, fundamentalmente por razones económicas.
Tras proclamar su victoria, Tsai ofreció diálogo a China, aunque advirtió que "espero que las autoridades de Pekín comprendan que el Taiwán democrático, y nuestro electo gobierno democrático, no cederán ante amenazas o intimidación".
Apoyo de EEUU
El gobierno de Estados Unidos felicitó a la presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen, por su reelección, que calificó de ejemplo del sólido sistema democrático de la isla.
El Departamento de Estado alabó a Tsai por desarrollar una fuerte colaboración con Washington y mostró su esperanza de que, bajo su liderazgo, Taiwán continúe siendo un ejemplo brillante para los países que luchan por la democracia.
China considera Taiwán como una de sus provincias y exige que sus socios hagan lo mismo, pero el territorio está dirigido por un régimen rival desde 1949, cuando terminó la guerra civil china entre comunistas y nacionalistas.
Estados Unidos rompió en 1979 sus relaciones diplomáticas con Taipéi para reconocer a Pekín como único representante de China, pero sigue siendo el aliado más poderoso de Taiwán y su principal proveedor de armas.
El mes pasado, cuando Estados Unidos y China estaban en negociaciones para poner fin a su guerra comercial, el presidente chino, Xi Jinping, dijo por teléfono a su homólogo estadounidense, Donald Trump, que los comentarios e iniciativas estadounidenses sobre Taiwán y Hong Kong perjudicaban los intereses de China, en detrimento de una confianza mutua y de la cooperación bilateral".