El gobierno del presidente Joe Biden permitirá a Ucrania usar armas proporcionadas por Estados Unidos para atacar profundamente territorio ruso, dijeron a la agencia Reuters tres fuentes familiarizadas con el asunto, en un cambio significativo en la política de Washington en el conflicto entre Ucrania y Rusia.

Ucrania planea realizar sus primeros ataques de largo alcance en los próximos días, dijeron las fuentes al diario The New York Times, sin revelar detalles debido a preocupaciones de seguridad operativa. La Casa Blanca, el Pentágono y la oficina presidencial de Ucrania declinaron hacer comentarios.

El ATACMS (pronunciado “attack-ems”) es un sistema de misiles guiados supersónicos que puede equiparse con municiones de racimo o con ojivas convencionales, con un alcance máximo de unos 300 kilómetros. Ucrania lleva meses pidiendo permiso para utilizar los potentes misiles contra territorio ruso, argumentando que estas armas permitirían a sus escasas fuerzas atacar en lo más profundo del país y alcanzar objetivos que degradarían la maquinaria bélica del Kremlin.

La Casa Blanca quiere poner a Ucrania en la mejor posición posible de cara a las conversaciones de paz que se espera que encabece el nuevo presidente estadounidense, Donald Trump, a principios de su mandato, según dijeron funcionarios estadounidenses.

La flexibilización de las restricciones que impiden a Kiev utilizar el Sistema de Misiles Tácticos del Ejército, o ATACMS, para atacar objetivos dentro de Rusia es un cambio significativo en la política estadounidense y se produce mientras unos 10.000 soldados de élite norcoreanos han sido enviados a Kursk, una región de Rusia a lo largo de la frontera norte de Ucrania, para ayudar a las fuerzas de Moscú a recuperar el territorio ganado por Ucrania.

La decisión, que llega cuando faltan 2 meses para que concluya su mandato, es en respuesta al despliegue de miles de tropas por parte de Corea del Norte para ayudar al esfuerzo bélico de Moscú, según dos altos funcionarios estadounidenses.

El presidente de Rusia, Vladimir Putin, y el líder de Corea del Norte, Kim Jong Un, asisten a una recepción estatal en Pyongyang, Corea del Norte, el 19 de junio de 2024. Foto: Reuters

La administración de Biden teme que más unidades de fuerzas especiales norcoreanas puedan seguir su ejemplo para apoyar este esfuerzo, un acontecimiento que ha causado alarma en Washington y Kiev, según información de The Washington Post.

Un funcionario estadounidense dijo que la medida tiene como objetivo, en parte, disuadir a Pyongyang de enviar más tropas. El líder norcoreano Kim Jong Un debe entender que el despliegue inicial ha sido un error “costoso”, dijo el funcionario, quien, como otros entrevistados para este artículo, habló bajo condición de anonimato debido a la sensibilidad del asunto.

La llegada de los soldados norcoreanos a la región de Kursk en octubre, donde Ucrania lanzó una ofensiva sorpresa en agosto, fue vista como una escalada importante por Occidente y estimuló un intenso esfuerzo dentro de la administración Biden y con los aliados sobre cómo responder.

De hecho, en la cumbre de líderes de Asia Pacífico celebrada este viernes en Perú, Biden se reunió con el primer ministro japonés, Shigeru Ishiba, y el presidente surcoreano, Yoon Suk Yeol. En un comunicado, los tres líderes dijeron que “condenan enérgicamente” el despliegue de tropas de Corea del Norte en Rusia para “expandir peligrosamente la guerra de agresión de Rusia contra Ucrania”.

La medida de Estados Unidos también viene luego de meses de solicitudes del presidente ucraniano Volodymyr Zelensky para permitir que el ejército de Ucrania use armas estadounidenses para atacar objetivos militares rusos lejos de su frontera, frente a lo cual los altos funcionarios estadounidenses respondieron en reiteradas ocasiones su preocupación privada de que Rusia pueda tomar represalias intensificando la ofensiva dentro de Ucrania y en todo el mundo.