El presidente de Perú, Pedro Castillo, defendió este lunes un “minería responsable, moderna y sostenible”, unas palabras que llegan en medio de la polémica desatada tras el anuncio de su Administración sobre el cierre de cuatro minas en el sur del país, en la región de Ayacucho, ante el repunte de las tensiones.
El viernes, la primera ministra del país, Mirtha Vásquez, anunció el cierre de las minas de Apumayo, Pallancata, Breapampa e Inmaculada, algo que generó malestar entre el sector empresarial, que tildó el anuncio y la medida de “unilateral y arbitraria”.
En respuesta al revuelo generado, Castillo indicó que “no han existido ni existirán decisiones unilaterales, arbitrarias ni al margen de la ley (sobre cerrar las minas)”. “El Gobierno convocará a los gremios empresariales, a las autoridades regionales y locales y las comunidades para dialogar sobre estos temas y llegar a consensos en beneficio de todos los peruanos”, ha explicado desde Arequipa.
Castillo, no obstante, subrayó que la minería en el país “debe darse sin contaminar las cuencas, los ríos, debe haber compromiso social y ambiental”. Agregó que el Gobierno quiere “un sector minero sólido, con inversión que genere empleo y operaciones para la población”, según recoge la emisora local RPP.
“Pero desde el inicio hemos sido claros en señalar que las operaciones mineras deben darse respetando el medio ambiente y los derechos de la comunidad”, aseveró el mandatario.
También se ha visto en la polémica el ministro de Energía y minas, Eduardo González, cuando a su llegada este lunes a un encuentro con Vásquez, indicó que solo se referirá al asunto de las minas en los medios “en los que no me hagan problemas”, indicando que no atendería a los críticos con el Gobierno.
Castillo, que acaba de cumplir el hito de 100 días en el poder, ha visto sacudido su Gobierno en diversas ocasiones en estos primeros meses, en los que ha estado envuelto en constantes polémicas que ya han llevado a algunas bancadas de la oposición a poner sobre la mesa una moción de censura por incapacidad moral que, por el momento, no ha prosperado.