El Presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, declaró el lunes estado de excepción y toque de queda nocturno en tres zonas costeras del país, en medio de una ola de violencia durante el fin de semana que ha dejado al menos ocho muertos.
Lasso declaró el estado de excepción por 60 días en las provincias de Manabí y Los Ríos y en la ciudad Durán, aledaña a Guayaquil, luego de que Agustín Intriago, alcalde de la ciudad portuaria de Manta fuera asesinado a tiros el domingo.
Ese episodio se sumó a los disturbios del fin de semana en la Penitenciaría del Litoral, en Guayaquil, sonde se produjeron enfrentamientos entre bandas.
La decisión se suma a una serie de otras declaraciones de emergencia hechas por Lasso en los últimos años, mientras Ecuador lucha con disturbios en las cárceles y episodios violentos en su territorio.
“No podemos negar que el crimen organizado ha permeado al Estado, a las organizaciones políticas y a la misma sociedad, es un problema que se viene gestando hace más de una década”, dijo Lasso al concluir una reunión de su gabinete de seguridad. “Este es el asunto más importante del Ecuador”.
Los enfrentamientos en la cárcel el fin de semana dejaron al menos seis reos muertos y otros 11 heridos, dijo la agencia penitenciaria SNAI.
Luego de los hechos violentos, los presos retuvieron a unos 96 agentes de seguridad penitenciaria en las cárceles de Cotopaxi, Azuay, Cañar, El Oro y Napo, y mantienen una huelga de hambre que inició el domingo en 13 de los 36 penales ecuatorianos, sin revelar los motivos de tal medida.
El sistema penitenciario del país sudamericano ha enfrentado problemas estructurales durante décadas, pero la violencia carcelaria se ha disparado desde 2021, dejando cientos de presos muertos en frecuentes enfrentamientos, lo que ha despertado la preocupación de Naciones Unidas y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.