Presuntos actos de corrupción en las licitaciones de obras públicas, por el supuesto plagio de su tesis de maestría y por el tráfico de influencias en el caso de ascensos de oficiales de la Policía y las Fuerzas Armadas. Esas eran las tres investigaciones que Pedro Castillo tenía abiertas hasta ahora en el Ministerio Público.
Pero a una semana de cumplir un año en el gobierno, el presidente peruano sumó este jueves una cuarta indagatoria. Esta vez es por presunto encubrimiento real relacionado a los cambios en el Ministerio del Interior y la abrupta salida del cargo de Mariano González.
“La fiscal de la nación dispuso iniciar una investigación al Presidente de la República, Pedro Castillo, por presunto delito contra la Administración de Justicia y encubrimiento personal. Objeto de la misma son los recientes hechos referidos a los cambios en el sector interior”, publicó el Ministerio Público en su cuenta de Twitter.
La razón de esta destitución, señaló el exministro González, sería el interés del presidente de no buscar a distintos prófugos, pertenecientes a los círculos del propio Castillo y que son esenciales para el esclarecimiento de dos de sus causas de supuesta corrupción.
Hasta el momento, el Ministerio del Interior ha visto pasar seis titulares en 11 meses, y el séptimo que fue nombrado el martes: Willy Huerta Olivas. Mariano González se volvió el ministro con menos tiempo en el cargo, con solo 15 días. Este 28 de julio el gobierno de Pedro Castillo cumple su primer año, pero ya son muchos los motivos por los que se duda que llegue a 2026.
Con la suma de investigaciones a su haber, habría que remontarse a algunos meses para entender que está enfrentando el presidente peruano. Ahora bien, la última de las polémicas empezó la noche de este martes, cuando se conoció la salida del ministro de Interior, Mariano González, a través de Twitter. “En nombre del gobierno del pueblo, agradezco los servicios prestados a la nación del señor Mariano González Fernández como ministro del Interior. Hoy, a las 9.30 p.m., tomaré juramento al nuevo titular de este sector”, indicaba el mensaje de Castillo, abriendo la puerta a las especulaciones sobre los motivos.
Esa misma noche y al día siguiente, el ya exministro declaró a varios medios de comunicación los motivos de su destitución: Castillo lo habría cuestionado por tomar decisiones por su cuenta en una llamada telefónica. El presidente no lo habría increpado por algo en particular, pero, según González, “obviamente” se trataba de la decisión de formar un equipo especial de la Policía Nacional para la búsqueda y captura de prófugos. Estos prófugos habrían estado vinculados al gobierno, protagonistas de las polémicas anteriores de Castillo y de su entorno. La idea de la creación del grupo especial en la Policía Nacional tenía por fin apoyar la labor de la fiscal anticorrupción, Marita Barreto, que es la que ha llevado a cabo las investigaciones contra altos funcionarios.
En una entrevista con Panamericana Televisión, el ya exministro señaló que su destitución demuestra que Castillo “está comprometido con actos de corrupción”, debido a la obstaculización de su labor. “Yo no tengo hoy ninguna duda del compromiso que el señor tiene con la corrupción. Y no tengo ninguna duda de que esta salida abrupta tiene que ver con obstruir la administración de la justicia”, aseguró González. Entre los prófugos que el grupo especial de la policía se planteaba perseguir estaba el exministro de Transportes Juan Silva, el exsecretario presidencial Bruno Pacheco y un sobrino del mandatario, Fray Vásquez Castillo.
Estas acusaciones no se quedaron solo en las pantallas de televisión, sino que el miércoles González ratificó su denuncia ante la fiscal de la nación, Patricia Benavides, por “presunta obstrucción a la justicia”. Esta misma institución ya tenía tres casos en los que se investigaba al mandatario: el primero, por actos de corrupción en licitaciones del Ministerio de Transportes; el segundo, por el presunto plagio de la tesis de maestría, que Castillo defendió en la Universidad César Vallejo, y un tercero por supuesto tráfico de influencias en un caso de ascensos irregulares dentro de las Fuerzas Armadas y policía.
Desde el gabinete peruano, liderado por el primer ministro Aníbal Torres, se les bajó el perfil a las acusaciones del exministro, asegurando que su salida se debió a la falta de compromiso durante los 15 días que estuvo en el cargo. “Se comprometió a presentar un plan para combatir la inseguridad ciudadana (…) sin embargo, eso no ha sido posible. Es más, casi no se le ubicó. Asistió a dos consejos de ministros, a uno de ellos solamente un momento, luego se quitó, sin dar explicación alguna”, opinó el premier, respaldando la decisión de Castillo.
En la misma conferencia de prensa, que le siguió a un Consejo de Ministros, el jefe de la cartera de Cultura, Alejandro Salas, sostuvo que González no solo insultaba al presidente con sus declaraciones, sino que a todo el gabinete. De hecho, le enrostró haberse quejado de igual manera una vez anterior, en la prensa, durante una campaña electoral.
A su turno, el ministro de Justicia también se cuadró con Castillo, asegurando que González tiene ahora una “obligación moral con el país” de demostrar el aparente acto de corrupción. “Les debe un respeto a todos los peruanos, a quienes ha pretendido generar una situación adversa a las políticas que venimos planteando con esos mensajes que no tienen ningún sustento, más aún cuando ha señalado que era el caballo de Troya que ingresó a este Consejo de Ministros (para salvar la democracia)”, dijo.
Por el momento, a pesar de todas estas investigaciones, la ley peruana no considera que un presidente pueda ser removido por casos de corrupción, y sería necesaria una reforma constitucional para poder iniciar un proceso así. En entrevista con la cadena RPP, el abogado constitucionalista Luciano López aseguró: “El estado constitucional, la democracia en el Perú, está bajo ataque y nada más y nada menos que por el propio presidente de la República. Esa sindicación es gravísima. ¿En qué condiciones la fiscalía va a poder hacer una pesquisa mucho más completa y proseguir con la investigación si la Constitución le impide, si el presidente está manipulando para poder ubicar a sus cómplices en estos actos tan graves de corrupción?”. Según el profesional, la tesis de una “organización criminal” tras todos los casos de corrupción toma fuerza con la acusación de Mariano González.
Desde un editorial del diario El Comercio compartieron la tesis de González: “La salida del ahora extitular del Interior Mariano González tras solo dos semanas en el cargo constituye prácticamente una autoinculpación del Presidente Pedro Castillo en varios de los casos por los que el Ministerio Público lo investiga”.
Llamando a que el Parlamento peruano tome cartas en el asunto, el medio de comunicación señaló: “Si los motivos para sostener que existe en él una incapacidad moral permanente estaban antes a la vista, ahora resultan ya ineludibles”.