El presidente electo de Guatemala, Bernardo Arévalo, rompió el diálogo este martes con el gobierno saliente al anunciar que suspende el proceso de transición de poder, tras la última arremetida de la fiscalía con el allanamiento a dos sedes de Tribunal Supremo Electoral y la revisión de cajas con votos.

Arévalo pidió la renuncia de la fiscal general Consuelo Porras y aseguró que solo retomará el proceso establecido con el presidente Alejandro Giammattei cuando se reestablezcan “las condiciones políticas necesarias”.

La fiscalía de Guatemala intensificó el martes en la mañana su acometida contra la autoridad electoral y el proceso de elecciones presidenciales celebrado recientemente, como parte de una serie de investigaciones que el ente rector electoral considera una injerencia sin precedentes.

El partido de Arévalo, el Movimiento Semilla enfrenta una indagación de la fiscalía y un intento de ser suspendido por presuntas irregularidades en las firmas presentadas para constituirse.

El Tribunal confirmó que los fiscales abrieron las cajas que contienen los votos de los ciudadanos pese a que según la Ley Electoral y de Partidos Políticos, de rango constitucional, sólo pueden manipularlas el propio Tribunal y las Juntas Receptoras de votos.

“Esto es algo sin precedentes, la ley no establece procedimiento para esto. El escrutinio es exclusivo de las Juntas Receptoras de votos el día que se realizan las elecciones”, dijo a periodistas la directora electoral del Tribunal, Gloria López, e indicó que una de esas cajas fue embalada presuntamente para ser decomisada.

La directora electoral del TSE explicó también que lo que contiene cada caja no está digitalizado. “En este momento, al ser secuestradas, si es que se da el caso que se las lleve el Ministerio Público... el TSE (Tribunal Supremo Electoral) pierde la custodia de las cajas electorales y prácticamente ya no tendríamos responsabilidad de las mismas”, dijo la funcionaria.

¿Golpe de Estado?

Arévalo ha denunciado que la Fiscal General Consuelo Porras, también sancionada por el gobierno estadounidense por los mismo cargos que Curruchiche y a quien le retiraron la visa de entrada a ese país, está detrás de un “golpe de Estado” encaminado a evitar que tome posesión del cargo el próximo 14 de enero.

La víspera el presidente saliente Alejandro Giammattei le dijo a Arévalo que asumirá la presidencia como está previsto “y si es necesario mi vida, allí la tiene, pero usted va a ser el próximo presidente de Guatemala, me guste o no me guste”.

Giammattei aclaró que “una cosa son las elecciones y otra son los procesos de orden judicial... no pueden impedir que nadie asuma”.

Estados Unidos y la Unión Europea también expresaron preocupación por la situación del país.