El presidente Nicolás Maduro denunció este lunes un presunto ataque a una de las mayores refinerías de Venezuela. Aunque el atentado generó un incendio, no dejó heridos ni afectó sus operaciones.

Maduro afirmó en un acto televisado que el siniestro ocurrido el domingo en la refinería de Cardón, ubicada en el estado occidental de Falcón, fue el resultado de un supuesto “ataque terrorista”, pero no ofreció detalles.

En la víspera el ministro de Petróleo, Tareck El Aissami, indicó que el incendio se produjo en una de las lagunas de tratamiento de agua de la refinería. Destacó que no fueron afectadas las operaciones de producción de combustible. No mencionó las causas del incendio.

Cardón, que es una de las refinerías más grandes del mundo, forma parte del Centro de Refinación Paraguaná, que también incluye la refinería de Amuay y Bajo Grande. En conjunto, tienen una capacidad instalada de unos 955.000 barriles de crudo al día.

Según Maduro, aunque su administración no lo informó en su momento, el complejo hidroeléctrico de Guri, que suministra 60% de la energía del país también habría recibido ataques a su sistema operativo con el objetivo de dañar al país. Tampoco ofreció detalles o pruebas.

Venezuela, otrora un rico país petrolero y que posee las reservas de crudo más grandes del mundo, experimenta desde hace más de un lustro una drástica caída de su producción de crudo y productos refinados, lo que se ha traducido en escasez por el deficiente suministro de combustibles y gas doméstico.

Los críticos del gobierno atribuyen el colapso de la industria petrolera a una mala gestión y corrupción en la corporación Petróleos de Venezuela S.A. (PDVSA) bajo la administración de los gobiernos socialistas del ahora fallecido presidente Hugo Chávez, y Maduro, su sucesor.