El presidente estadounidense, Joe Biden, recibirá por primera vez a su homólogo colombiano, Gustavo Petro, en la Casa Blanca el 20 de abril para tratar una nutrida agenda bilateral que incluye temas sensibles como el narcotráfico y la migración, según confirmaron ambos gobiernos este viernes.
“Colombia es un socio clave de los Estados Unidos, y durante la reunión, los dos líderes discutirán cómo los Estados Unidos y Colombia pueden continuar profundizando nuestra sólida relación bilateral”, dijo en una declaración la secretaria de Prensa de la sede presidencial, Karine Jean-Pierre.
La información añadió que las áreas de interés mutuo incluyen una mayor cooperación económica y de seguridad, así como esfuerzos conjuntos para combatir el narcotráfico, el cambio climático, la migración regional, los derechos humanos y la democracia.
Petro, quien asumió en agosto pasado y marcó un hito como el primer presidente de izquierda en gobernar Colombia, agradeció la invitación de Biden a través de un mensaje de Twitter en el que señaló que se trata de un “momento clave” para reforzar la histórica relación y cooperación mutua “no solo en la lucha contra el narcotráfico sino en la protección de la Amazonía, el cambio climático y el desarrollo rural”.
El mandatario colombiano se ha propuesto dar un vuelco a la estrategia antinarcóticos que Estados Unidos ha apoyado en las últimas décadas porque a su juicio la “guerra contra las drogas ha fracasado” bajo el enfoque prohibicionista que ha prevalecido. Desde 1999, los gobiernos de Estados Unidos han otorgado más de 13.000 millones de dólares en asistencia militar y económica a Colombia para combatir el narcotráfico y las guerrillas.
Con su nueva apuesta, Petro busca cesar la persecución a los pequeños cultivadores de hoja de coca y enfocar la inteligencia a perseguir y capturar a los grandes narcotraficantes, el lavado de activos y aumentar la capacidad de interdicción.
También quiere privilegiar los programas de sustitución de cultivos ilícitos a los que los campesinos acceden voluntariamente y desincentivar la erradicación forzada cuando los cultivos de hoja de coca han llegado a niveles históricos de 204.000 hectáreas en 2021, según la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito.
Colombia redujo la meta de erradicación de cultivos ilícitos para el 2023 a 20.000 hectáreas, mientras que en el año anterior se había propuesto erradicar 50.000.
La coordinación entre ambos gobiernos inició inmediatamente después de que Petro fuera elegido y antes de que asumiera. Biden envió en julio del año pasado a Bogotá una delegación de alto nivel que incluía al asesor de seguridad nacional Jon Finer. Tras la reunión, Petro dijo que había un interés en construir un trabajo común “entre iguales” y detalló que hablaron sobre la política antidrogas.
Luego, las reuniones entre funcionarios de ambos gobiernos se han sostenido y en marzo de este año se celebró en Washington el décimo Diálogo de Alto Nivel entre Colombia y Estados Unidos, en el que el canciller colombiano, Álvaro Leyva, prometió que tras el cambio a un gobierno de izquierda “nunca habrá una sorpresa de parte nuestra con la relación de nuestro aliado de siempre que son los Estados Unidos”.