El mayor escándalo de fraude en el ingreso a universidades prestigiosas estalló en marzo en Estados Unidos. Al menos 50 padres, incluido el chileno Agustín Huneeus, fueron acusados de estar involucrados en un esquema de estafas, en el que pagaban entre US$ 15.000 y US$ 300.000 para alterar las pruebas estandarizadas de ingreso a los establecimientos educaciones estadounidenses conocidas como SAT o ACT y/o modificar los antecedentes de los postulantes para que ingresaran con perfiles de deportistas falsos.

Tras semanas en tribunales, el exentrenador de vela en la Universidad de Stanford, John Vandemoer, que estaba acusado de aceptar sobornos mediante un asesor de la universidad involucrado en el escándalo, recibió hoy su condena, de apenas un día de cárcel y seis meses de prisión domiciliaria como parte de dos años de libertad supervisada. Además, deberá pagar una multa de US$ 10 mil.

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El exentrenador de vela en la Universidad de Stanford en Boston.[/caption]

Vandemoer es el primer condenado por el fraude de admisiones universitarias y recibió una condena mucho más liviana de lo que los fiscales habían solicitado al juez. Según el diario The New York Times, la sentencia abre dudas sobre quiénes serán considerados finalmente culpables de esta trama de corrupción universitaria en Estados Unidos. Esto, porque el juez sostuvo en la audiencia que el exentrenador ya cumplió con el día de condena en cárcel.

El exentrenador de Stanford se declaró culpable de conspiración para cometer extorsión. Sin embargo, a diferencia de otros entrenadores involucrados en el caso, que son acusados de modificar datos deportivos de algunos postulantes, Vandemoer no recibió dinero de los sobornos, sino que negociaba para designar a los estudiantes como nuevos miembros del equipo de vela, sin que tuvieran las competencias, lo que les proporcionaba una ventaja en el proceso de admisión. A cambio, el programa de vela de Stanford recibió miles de dólares en donaciones.

Según The New York Times, Vandemoer señaló que creía que estaba ayudando al equipo por asegurar el ingreso de donaciones con el que comprarían nuevos veleros, a cambio del cupo de "jugadores de rol", o sea, jóvenes que llegarían a los entrenamientos, pero que nunca serían titulares o estrellas del equipo.

William Singer, el asesor universitario en el que se centró la trama y que era el encargado de contactar a los entrenadores, recibió US$6,5 millones de una pareja china, de los que al menos US$500.000 llegaron al equipo de navegación de Stanford. Éste es uno de los tres ingresos fraudulentos a la universidad en el que está involucrado Vandemoer.

La fiscalía ha señalado que las universidades en las que el personal deportivo aceptó los sobornos fueron excluidas de recibir "servicios honestos" de sus trabajadores y de poder controlar sus procesos de admisión. Stanford es la única casa de estudios en la que todo lo recibido de las coimas, cerca de US$770.000, fue realmente a los programas universitarios. Según los fiscales, en los otros casos, parte del dinero llegó a entrenadores o empresas.

Nueve entrenadores son parte de las 50 personas acusadas en el escandalo universitario más grande de la historia en Estados Unidos. De ellos, más de 20 se han declarado culpables o han aceptado hasta el momento hacerlo, incluidos el empresario chileno que pagó US$ 50 mil para adulterar el ingreso de una de sus cuatro hijas a la Universidad del Sur de California (USC) por lo que arriesgaría hasta 20 años de cárcel.