Primer ministro de Australia responde a polémica por viaje a Hawái en medio de ola de incendios

Australia
Foto: EFE

Scott Morrison anuncio que busca volver a la capital australiana este sábado para tratar la emergencia en terreno y no el lunes como estaba programado.


El primer ministro de Australia, Scott Morrison, se refirió a la polémica por un supuesto viaje que extranjero que realizó junto a su familia en medio de una ola de incendios forestales que provocó que las autoridades decidieran decretar Estado de Emergencia.

A través de una declaración pública el premier explicó que tomó un vuelo rumbo a Hawái bajo mucho secretismo argumentando que buscaba que fuera una "sorpresa" para sus hijas. 

"Lamento profundamente cualquier ofensa que haya sido causada hacia alguno de los australianos que se vieron afectados por los terribles incendios por haber salido del país con mi familia durante este período", indicó.

En ese sentido, anuncio que busca volver a la capital australiana este sábado para tratar la emergencia en terreno y no el lunes como estaba programado. "Dadas los más recientes eventos trágicos, yo volveré a Sídney lo más pronto posible".

Morrison además destacó la labor de los bomberos y los equipos de emergencia y aseguró que incluso desde Estados Unidos ha ido recibiendo actualizaciones de los incendios forestales y de la búsqueda de los restos de los turistas fallecidos tras la erupción de volcán de White Island.

En un comunicado aparte, el primer ministro además envió sus más sinceras y profundas condolencias a las familias de los dos bomberos que fallecieron combatiendo las llamas.

Estado de Emergencia

El estado más poblado de Australia declaró el jueves su segundo estado emergencia en meses, mientras que el calor extremo y los fuertes vientos avivaron más de 100 incendios forestales, incluyendo tres grandes incendios en las puertas de Sídney.

Un día después de que Australia registrara el día más caluroso de su historia, un espeso humo cubrió la ciudad portuaria, envolvió la Casa de la Ópera y detuvo muchas actividades al aire libre. 

La declaración del estado de emergencia otorgó a los bomberos amplios poderes para controlar los recursos del gobierno, forzar las evacuaciones, cerrar las carreteras y cortar los servicios públicos en toda Nueva Gales del Sur, donde viven más de 7 millones de personas.

Las autoridades dijeron que cerca de 120 incendios continuaban al final de la tarde, más de la mitad de los cuales no están controlados, y con temperaturas previstas de hasta 45 grados centígrados en algunas áreas, los representantes políticos advirtieron a los residentes que estuvieran en alerta máxima.

"La línea de fuego se ha estado extendiendo muy rápida e intensamente", dijo el jefe del Servicio de Bomberos de las Zonas Rurales de Nueva Gales del Sur (RFS, por sus siglas en inglés), Shane Fitzsimmons, agregando que dos bomberos habían sido trasladados al hospital por inhalación de humo, con quemaduras en sus rostros y en las vías respiratorias. "Sigue siendo un conjunto de circunstancias muy difíciles y peligrosas".

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