En una noche que se presumía larga, Bernie Sanders y Joe Biden se anotaron los primeros triunfos en 10 de los 14 estados que votaron ayer en las primarias del Partido Demócrata, en el llamado Super Martes. En una jornada que para los cinco precandidatos significaba seguir con vida o morir en el intento, el senador por Vermont se impuso de manera cómoda en su propio estado -además de Colorado y Utah-, mientras que el vicepresidente ganó en Virginia, Carolina del Norte, Alabama y Tennessee, cuatro estados con más del 40% de electorado afroamericano. Esas victorias, a las que poco después se sumaron Oklahoma, Minnesota, Arkansas y Massachusetts, marcaban la resurrección de Biden.
En el Super Martes, Sanders se jugaba el todo por el todo y se enfrentaba al establishment del partido, que sacó toda su artillería para evitar su nominación y dar el respaldo al exvicepresidente Joe Biden, que además lograba imponerse en algunos estados donde no era favorito. “Gracias Vermont”, dijo Sanders al agradecer a sus adherentes. “Cuando inicié mi carrera a la Presidencia, dijeron que era imposible, pero hoy les digo que ganaré la nominación presidencial demócrata”, agregó.
Los analistas concuerdan que el premio de la jornada es California, estado que otorga 415 delegados (de un total de casi 4 mil a nivel nacional). Si hasta hace unas semanas, el senador lideraba los sondeos por un margen de dos dígitos, la brecha se reducía con el correr de las horas, incluso a cinco respecto de Biden, según las mediciones realizadas por el encuestador John Zogby dadas a conocer en una entrevista con el canal CBC.
No era sencillo para Sanders mantener su favoritismo, ni tampoco para Biden continuar con el impulso que le dieron las primaras del sábado en Carolina del Sur, donde venció al senador de Vermont. En otras primarias, este día ha significado la consolidación definitiva de una candidatura -como ocurrió con Bill Clinton en 1992-, la resurrección de un precandidato que se consideraba muerto o bien la sepultura definitiva de una aventura presidencial. Pero también podría darse una suerte de “empate”, tal como lo sucedido en 2008, cuando Barack Obama y Hillary Clinton se declararon ganadores.
Miles de estadounidenses votaron hoy en Alabama, Arkansas, California, Texas, Colorado, Maine, Massachusetts, Minnesota, Carolina del Norte, Oklahoma, Tennessee, Utah, Vermont y Virginia, además de Samoa Americana. Texas y California son los estados más poblados del país y por primera vez este último es parte del Super Martes.
En el Super Martes estaban en juego al menos un tercio de los delegados que a mediados de año participarán en la Convención Demócrata, el formalismo que tienen los partidos en Estados Unidos para anunciar a su carta presidencial. Pero lo que realmente importa es la tendencia que marque este día. Si por ejemplo Sanders se impone en California, Texas, Massachusetts y algunos otros estados, su candidatura quedará en un pie casi inalcanzable para Biden o la senadora Elizabeth Warren. Pero si Biden logra ganar o resucitar en el Super Martes, cobrará un impulso que podría herir de muerte a su rival más cercano.
De las cuatro primarias y caucus que tuvieron lugar antes del Super Martes, Biden ha ganado dos (New Hampshire y Nevada), mientras que en Iowa quedó segundo. En esas votaciones ganó Pete Buttigieg, el exalcalde de South Bend (Indiana), que la noche del domingo anunció su retiro de la contienda demócrata. Biden, en cambio, sólo había logrado imponerse en Carolina del Sur.