Distintas reacciones ha traído la entrevista que se transmitió el domingo pasado en la que Meghan Markle y el príncipe Harry abrieron las puertas de su vida para contar de sus experiencias al interior de la familia real.

Uno de los momentos más polémicos se dio cuando la exactriz reveló parte de las conversaciones que hubo en Buckingham respecto de su embarazo. “En esos meses en los que estaba embarazada, casi al mismo tiempo teníamos una conversación paralela de ‘no te darán seguridad, no te darán un título’ y también preocupaciones y conversaciones sobre cuán oscura podría ser su piel cuando nazca”. Evitó decir quién había expresado tales preocupaciones. Al ser preguntada sobre si quería guardar silencio o había sido silenciada, respondió: “Esto último”.

Sobre eso se refirió hoy el príncipe William, segundo en la línea de sucesión al trono después de su padre por el príncipe Carlos, quien se convirtió en el primer miembro de la realeza en abordar directamente la entrevista.

En comentarios hechos durante una visita a una escuela en Londres, William señaló que la familia real “no es una familia racista”.

Además, indicó que que aún no ha hablado con Harry después de la entrevista, “pero lo haré”.

El miércoles, Buckingham emitió un comunicado donde señalan que “toda la familia está entristecida al conocer lo difíciles que han sido los últimos años Harry y Meghan”.

A través de una declaración pública, la corona británica asegura que las denuncias de racismo hechas por los duques de Sussex son muy “preocupantes”. “Si bien algunos recuerdos puede variar, son tomados muy en serio” por los miembros de la familia real pero serán abordados “en privado”.

“Harry, Meghan y Archie siempre serán miembros muy amados de nuestra familia”, concluye la declaración que no nombró al matrimonio como los duques de Sussex en ninguna ocasión.