El 14 de febrero se suponía que iba a ser una jornada para celebrar el día de la amor y la amistad. Pero los estudiantes de la secundaria Marjory Stoneman Douglas de Florida lo recordarán por ser una fecha sombría.
Nikolas Cruz de 19 años, abrió fuego contra sus ex compañeros, dejando a 17 muertos y otros 15 heridos, convirtiéndose en el segundo tiroteo escolar más mortífero de la historia de Estados Unidos.
El pánico y caos se apoderó de los estudiantes mientras los disparos resonaban en los pasillos y salas de clases. Algunos alumnos reaccionaron con incertidumbre, pues ese mismo día tuvieron un ensayo de evacuación, mientras que otros no dudaron en arrancar y esconderse en las salas de clases.
Construyeron barreras con sus mesas y sillas. Mientras esperaban que los agentes de policía legaran al lugar para rescatarlos, comenzaron a escribir mensajes de texto a sus familiares para informarles de la trágica situación por la que atravesaban. Algunos de ellos incluso sonaban como mensajes de despedida.
Sam y Matthew Zeif se encontraban en la escuela cuando la masacre ocurrió. En ese momento frágil, intercambiaron mensajes de texto que ofrecen una visión íntima del pánico y miedo que ambos vivieron, pero sobre todo la preocupación que sentían el uno por el otro.
"¿Estás bien?", fue la primera pregunta que le hizo. "Ojalá. Espero que sepas que te quiero", le responde. Los disparos no cesaban.
"¿Llegaron los policías? Mi profesor murió", le contó Matthew a su hermano. Se trataba de Scott Biegel, el maestro de geografía que hizo una pausa para guiar a los alumnos a su salón de clase antes de cerrar la puerta con llave. Las balas disparadas por Cruz le dieron hasta la muerte.
La madre de los hermanos, Jennifer Zeif, agradeció la valentía del profesor. Y es que Matthew de 14 años pasó por delante de Beigel y fue el último en entrar a la sala. Segundos después, la habitación se llenó de humo y luego vio a su maestro tendido en la puerta, pálido y sangrando.
"El señor Beigel pudo haber entrado antes que Matthew a la sala de clases. En ese caso, Matthew habría sido el que estaba en la puerta", dijo Jennifer de acuerdo a The New York Times.
Matthew le explicó que se encontraba en el tercer piso y su hermano le recomendó que se quedará ahí.
Pasaron los minutos hasta que llegaron los policías para evacuarlos: les hicieron formar una fila con las manos arriba hasta que llegaran a un área segura. Las ambulancias se encontraban fuera de la secundaria atendiendo a los heridos. A ninguno de los dos les paso nada.
Momentos terroríficos como el atentado le hizo reconsiderar la relación que Sam tenía con su hermano menor. "La parte más aterradora de todo era saber que mi hermanito estaba justo arriba mío y no sabía si alguna vez volvería a verlo. Nunca lo he tratado como se merecía. Ya no. Ver su rostro fuera de la escuela fue el mayor alivio que jamás haya sentido", compartió Sam en su cuenta de Twitter con pantallazo de la conversación que sostuvieron los dos durante el tiroteo.