Tras semanas de silencio, el líder socialista y jefe de gobierno español en funciones, Pedro Sánchez, dio a conocer ayer la "Propuesta abierta para un programa común progresista" con el que busca dejar sin más opciones al izquierdista Unidas Podemos (UP) para que respalden su investidura y así evitar nuevas elecciones el 10 de noviembre. Sin embargo, deja fuera de la mesa un gobierno de coalición por "falta de confianza política".
En un documento de 76 páginas, el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) ofreció a Podemos ingresar al gobierno con "altas responsabilidades en relevantes instituciones y organismos fuera del Consejo de Ministros", sin puntualizar los cargos. Ante el escenario de "desconfianza", el PSOE propuso una Oficina de Cumplimiento del Acuerdo del Ministerio de Hacienda, así como "comisiones parlamentarias de seguimiento".
Sin embargo, el planteamiento dista de lo solicitado inicialmente por el líder de UP, Pablo Iglesias: una vicepresidencia y tres ministerios, para otorgar los 42 votos "imprescindibles" para que Sánchez sea investido antes del 23 de septiembre y así se mantenga en La Moncloa.
El programa socialista vino acompañado de 370 medidas que incluyen, entre otras, frenar los precios de arriendos, crear guarderías públicas gratuitas y una agenda feminista. "Uno de los objetivos de Sánchez es 'poner contra las cuerdas' a Iglesias, para obligarlo a pactar la investidura o ser castigado por su electorado por negarse. Porque la propuesta no accede a un gobierno de coalición, pero es factible para Podemos ya que se centra en un programa de izquierda para forzar una mayoría en el Congreso", señala a La Tercera Oriol Bartomeus, profesor de Ciencia Política en la Universitat Autònoma de Barcelona.
Después que la derecha española (Partido Popular y Ciudadanos) rechazaron la abstención que permitiría la investidura de Sánchez, el PSOE activó las estrategias para dejar a Podemos sin otra salida que un acuerdo.
"Si el problema con UP es la desconfianza, construyamos confianza. Podemos ser aliados leales como hemos sido en el pasado", defendió ayer Pedro Sánchez en el acto del PSOE en el que emplazó a UP a reunirse mañana para reanudar las negociaciones en el Congreso.
En tanto, Iglesias puso paños fríos al señalar que "algunas medidas suenan bien", pero que se tomarán el tiempo para estudiar la propuesta. "En este escenario Podemos tiene dos opciones: investir a Sánchez y evitar el posible costo electoral, y someterse a un fuerte marcaje del nuevo gobierno. O rechazar la propuesta del PSOE y presentarse a las elecciones como las víctimas de una estrategia socialista que nunca buscó realmente un acuerdo", dijo Bartomeus.