La pandemia del Covid-19 coincidió con conflictos sociales en latitudes tan diversas como Francia, Hong Kong y Chile. Sin embargo, mientras el temor al contagio puso en pausa la convulsión callejera, en otros países el confinamiento ha provocado otro tipo de descontento social, generando multitudinarias manifestaciones contra ciertas medidas.
“El miedo es el virus real” o “Pon fin al virus, no a la economía”, han sido los carteles con los que los estadounidenses han rechazado el cierre del comercio y la orden de distanciamiento social en algunos estados. Las primeras protestas se iniciaron en Michigan, un día antes de que Donald Trump presentara el plan de reapertura económica y social en una de las semanas con mayores muertes por Covid-19.
Estados Unidos es el país más afectado por el virus, con más de 790 mil casos y más de 42 mil fallecidos. A pesar de esto, las marchas se extendieron por Ohio, Virginia, Denver, Washington y Minnesota. Los manifestantes, muchos de ellos armados, acusan que las medidas sanitarias amenazan sus libertades y derechos constitucionales, además de golpear a la economía. Trump, quien espera reabrir el país el 1 de mayo, sostuvo que “estas personas aman a nuestro país. Quieren volver al trabajo”.
La molestia por los cambios que genera el virus también se instaló en Rusia, donde ayer al menos dos mil personas marcharon en Vladikavkaz, Osetia del Norte, en oposición al llamado a “autoaislamiento”. Según The New York Times, la escena de las montañas del Cáucaso recuerda a las de EE.UU., pero la diferencia es que el Presidente Vladimir Putin ha instado a los rusos a seguir la cuarentena para evitar mayores contagios.
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El discurso del Mandatario de Brasil, Jair Bolsonaro, que inicialmente minimizó el impacto del virus y pidió volver a los trabajos, generó varios actos de respaldo en Brasil.
El ultraderechista asistió a un mitin el domingo en las afueras de un cuartel del Ejército en Brasilia, donde, sin mascarilla y arriba de una camioneta, emplazó a sus seguidores: “Estoy aquí porque creo en ti. Estás aquí porque crees en Brasil”. Esto aumentó las críticas contra el gobierno, en especial tras la destitución del ministro de Salud, Luiz Henrique Mandetta.
El mismo día y tras meses de crisis política, más de dos mil personas se volvieron a congregar en Tel Aviv en contra del gobierno de Benjamin Netanyahu, pero esta vez manteniendo el distanciamiento social de dos metros y con mascarilla.
Según The Washington Post, el confinamiento forzado se suma a problemáticas ya existentes, como la pobreza.
Ante los despidos, cientos de trabajadores protestaron sin respetar las medidas sanitarias impuestas por las autoridades en Bombay, India. Mientras al sur de Bogotá, los residentes han bloqueado vías y realizado cacerolazos exigiendo mayor ayuda gubernamental.
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