Ciudad de México es este domingo escenario de protestas opositoras, que reclaman principalmente por la creciente violencia criminal al cumplirse el primer año de gobierno del izquierdista Andrés Manuel López Obrador, quien de su lado encabeza una celebración masiva con sus seguidores.
El mandatario llega al primero de sus seis años de gobierno con una popularidad que se mantiene en niveles de 60% pero que se ha visto mermada en los últimos dos meses, sobre todo por el recrudecimiento de la violencia ligada al narcotráfico, principal preocupación de los mexicanos, según sondeos.
Ante decenas de miles de seguidores que se había congregado desde la mañana en el Zócalo (plaza central), López Obrador destacó que el combate a la corrupción, uno de sus estandartes, y la disminución de los gastos del gobierno ha permitido un mayor presupuesto para 2020 sin aumentar impuestos.
"Esto es, en los hechos, la austeridad republicana", dijo. Mientras, unos 10.000 opositores, según la policía local, marcharon por el turístico Paseo de la Reforma, en su mayoría vestidos de blanco y lanzando consignas de "¡ya basta!" ante el recrudecimiento de la violencia en el país, que López Obrador reconoce como uno de los mayores desafíos de su gobierno.
"Tenemos que cambiar todo, la estrategia (antidrogas) y entre todos tenemos que cambiarlo todo, ningún presidente puede resolver el problema de la violencia solo", dijo Julián LeBarón, líder de una comunidad mormona enlutada luego de que el 4 noviembre nueve de sus miembros, tres mujeres y seis niños, fueron masacrados por presuntos pistoleros del narcotráfico en el norteño estado de Sonora.
Este primer año de gobierno de López Obrador coincide con un repunte en la violencia en el estado de Coahuila, donde una balacera entre fuerzas del orden y presuntos miembros del cartel del Noreste, surgido del violento grupo criminal Los Zetas, dejaron en las últimas horas 21 muertos, entre ellos cuatro policías.
Momentos difíciles
López Obrador evocó esta semana la lamentable tragedia de la familia LeBarón como uno de los momentos más difíciles que ha enfrentado en su primer año de gobierno y prometió esclarecer los hechos para que haya justicia.
A raíz del ataque a los mormones, una comunidad de origen estadounidense pero establecida en el norte de México desde hace varias generaciones, el presidente Donald Trump dijo que designará como organizaciones terroristas a los carteles del narcotráfico, lo que en México ha sido interpretado como una potencial intervención de Washington, incluso armada.
López Obrador advirtió el viernes que extranjeros armados no pueden intervenir en México, aunque matizó que no hay nada que temer pues afirma que el presidente Trump siempre se ha mostrado respetuoso y que existe una relación de amistad y cooperación entre ambos.
El norte de México también fue escenario de la frustrada operación para capturar, el 17 de octubre, a Ovidio Guzmán, hijo del capo Joaquín "Chapo" Guzmán, condenado a cadena perpetua en Estados Unidos.
Militares detuvieron por momentos a Guzmán hijo en Culiacán, capital de Sinaloa, pero ante ataques de pistoleros del narcotráfico el gobierno tomó la polémica decisión de liberarlo.