Varias marchas callejeras y acciones opositoras convocadas para este lunes en Cuba por el dramaturgo Yunior García y un grupo de jóvenes no se realizaron como ellos las planearon, aunque se pusieron de manifiesto en las redes sociales, mientras que grupos de simpatizantes del gobierno se tomaron plazas y parques para celebrar la reapertura de la isla tras 20 meses de restricciones por la pandemia.
Algunos activistas que hicieron pública su idea de manifestarse, sobre todo los coordinadores de las protestas, indicaron que habían recibido citaciones de la policía en días anteriores y que grupos progubernamentales les impidieron salir de sus casas en los últimos días.
En La Habana, el cruce de las céntricas calles de Prado y Malecón -el punto acordado de concentración- lució tranquiló y con un moderado control policial, constató The Associated Press. En cambio, activistas subieron a las redes sociales fotos vestidos de blanco y flores en las manos o colgando sábanas de ese color en balcones y portales, otras de las formas de protesta que los grupos contestarios impulsaron.
“Manifestarnos es un derecho cívico. Bajo las circunstancias en las que estemos y con las herramientas que tengamos cada cual tiene ese derecho”, dijo por vía telefónica el cineasta y director de fotografía Raúl Prado.
Prado indicó que muchas personas “están sufriendo también las consecuencias” de haber expresado públicamente su disposición a manifestarse pues, dijo, las autoridades les cortaron internet, se apostaron policías de uniforme o en civil en sus domicilios o sufrieron “actos de repudio” de vecinos o activistas que cantaban consignas revolucionarias o gritaban contra quienes consideran contrarios a sus ideas.
La fiscalía advirtió hace algunas semanas que serán encarcelados quienes realizaran la manifestación.
Los organizadores pidieron a las personas que no puedan salir colocar sábanas o prendas blancas en sus hogares, aplaudir a las tres de la tarde (hora prevista de la marcha) o sonar cacerolas. Ninguna de estas última acciones se verificó en La Habana.
La marcha fue convocada en demanda de la liberación de presos -sobre todo aquellos que fueron detenidos en julio en otras protestas-, una ampliación de los derechos humanos y un diálogo nacional.
En su lugar plazas y parques fueron tomados por grupos de simpatizantes del gobierno para realizar actividades culturales que dieran la bienvenida a la reapertura del país y lo que se espera sea una etapa de mayor flexibilidad en las medidas contra el Covid-19. Además, para conmemorar los 502 años de la fundación de La Habana.