La emblemática ONG Memorial International que durante tres décadas es documentó las purgas de la época estalinista y después la represión de la Rusia contemporánea de Vladimir Putin, fue cerrada ayer tras una orden de la Corte Suprema.
El Tribunal Supremo ordenó el cierre de la organización, que operaba en el país desde 1987, en virtud de la controvertida legislación de “agentes extranjeros” de Rusia, que ha apuntado a decenas de ONG y medios de comunicación considerados críticos con el gobierno.
“Crea una imagen falsa de la Unión Soviética como un Estado terrorista y empaña la memoria de la Gran Guerra Patria. Desde 1991, sólo la Fiscalía General ha rehabilitado a 500.000 personas y el Ministerio del Interior ha rehabilitado a tres millones. En los últimos dos años, Memorial International nunca se ha acercado a nosotros para la rehabilitación”, dijeron los demandantes en los medios de comunicación, según consigna el diario ruso Fontanka.
En noviembre, el fiscal general de Rusia presentó una demanda para liquidar Memorial International, la organización de derechos humanos autorizada más antigua de Rusia. Casi todas las presuntas violaciones de la ONG fueron reportadas a Roskomnadzor (la agencia federal de censura de Rusia) por la oficina de Ingushetia del Servicio Federal de Seguridad (FSB), indicó el sitio ruso Meduza.
La demanda del fiscal general contra la ONG ante la Corte Suprema consta de 20 puntos. Entre ellos se encuentra que Memorial International no incluyó la etiqueta de “agente extranjero” en su página de Facebook, su perfil de Twitter, su página de VKontakte, Instagram, YouTube, y en otros sitios web. Otras dos violaciones administrativas enumeradas en la demanda tienen que ver con la Feria Internacional del Libro de Moscú en 2020. Una revisión realizada por los fiscales estableció que Memorial International vendió el libro My Father’s Letters: Correspondence from the Soviet Gulag y otras obras.
La ley rusa sobre organizaciones sin fines de lucro de “agentes extranjeros” se aprobó en 2012. A partir de entonces, cualquier ONG designada como “agente extranjero” debe incluir una etiqueta especial en todos sus materiales. A diferencia de los medios de comunicación de “agentes extranjeros”, quienes deben incluir un texto específico en un tamaño de fuente específico en su contenido, no se especificaron los requisitos exactos para las ONG. La ley solo establece que los materiales “deben ir acompañados de una indicación de que han sido publicados o distribuidos por una organización sin fines de lucro que desempeña la función de un agente extranjero”. Sin embargo, no había ninguna indicación de que ese texto debía incluirse al principio de cada mensaje.
Memorial International fue fundado por disidentes soviéticos, entre ellos el Premio Nobel de la Paz de 1975 Andréi Sájarov, para documentar las represiones políticas llevadas a cabo bajo la Unión Soviética, creando una base de datos de las víctimas de la Gran Purga (o Gran Limpieza si se traduce directamente del ruso, que es como se conoce a la serie de campañas de represión y persecución políticas llevadas a cabo en la Unión Soviética a fines de la década de 1930) y los Gulags, que eran los campos de concentración donde el régimen soviético confinaba a los disidentes.
La ONG también se había convertido en una importante defensora de la causa de los derechos humanos en Rusia, generando ramas e iniciativas en muchas de las más de 80 regiones de Rusia. En 2009, el Parlamento Europeo la premió con el Premio Sájarov para la Libertad de Conciencia, bautizado así en honor a su distinguido cofundador.
En su fallo, la jueza Alla Nazarova ordenó el cierre de la organización por violaciones “reiteradas” y “graves” de las leyes de agentes extranjeros de Rusia, una designación que Memorial International ha calificado de motivada políticamente. La decisión cerrará la “Sociedad Histórica, Educativa, Caritativa y de Derechos Humanos Memorial International, sus sucursales regionales y otras unidades estructurales”, dijo.
La agencia de noticias Interfax citó a un abogado de Memorial International diciendo que apelaría, tanto en Rusia como en el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. En la corte, los abogados de la ONG argumentaron que el trabajo del grupo era beneficioso para la “salud de la nación”. Declararon que Memorial International era un amigo de Rusia, no su enemigo, y calificaron el caso de liquidación como absurdo y “orwelliano”.
El fiscal ruso describió a la organización como un arma geopolítica utilizada por gobiernos extranjeros para privar a los rusos modernos de enorgullecerse de los logros de la Unión Soviética. Esos argumentos, dice el diario británico The Guardian, encajan estrechamente con la visión del Kremlin sobre la historia, en particular con la sensación de que los aliados occidentales se han negado a darle a la Unión Soviética el papel que le corresponde por su rol en la derrota de la Alemania nazi en la Segunda Guerra Mundial.
La fiscalía también concluyó que Memorial International no quiso mencionar quién pagó las actividades destinadas a denigrar la historia de Rusia y que está tratando de blanquear y rehabilitar a los criminales nazis: “Esto se debe a que alguien está pagando por ello”, indicó.
Durante una reunión reciente con el Consejo Presidencial de Derechos Humanos, el Presidente Putin respondió a una pregunta sobre el caso federal contra International Memorial señalando que el grupo incluyó accidentalmente a tres combatientes nazis entre las víctimas del terror estalinista. Los ejecutivos de la ONG dicen que la escasez de recursos del grupo hace posibles tales errores, y los investigadores hacen todo lo posible para corregir cualquier inexactitud lo más rápido posible.
“¡Vergüenza!”. Ese fue uno de los gritos que se escucharon en el tribunal cuando se leyó la decisión. El fallo, señala la cadena BBC, también arroja luz sobre el aumento de la represión en la Rusia actual, donde el ala de derechos humanos de Memorial International ahora incluye a más de 400 presos políticos, y los grupos independientes y los medios de comunicación están cada vez más incluidos en listas negras como “agentes extranjeros”.
En uno de sus últimos trabajos, en marzo, la ONG identificó y denunció por crímenes de guerra en Siria a paramilitares de la organización Wagner. Según sus detractores y los países occidentales, este grupo actúa por cuenta del Kremlin. Paralelamente, Memorial International también elaboraba una lista de presos políticos a los que ofrecía asistencia, así como a migrantes y personas de minorías sexuales.
Sergei Mironov, quien lidera un partido leal a Putin, criticó el martes el veredicto como un “escupitajo en la cara para todas las víctimas de las represiones, mi familia y yo personalmente”. “Un error fatal”, tuiteó, y agregó que su abuelo, un campesino, fue juzgado como “enemigo del pueblo” y ejecutado en 1937.
Trabajo en Chechenia
Fue sobre todo su trabajo en Chechenia, república rusa en el Cáucaso y escenario de dos guerras, lo que dio a conocer a la ONG en Occidente, donde goza de gran prestigio, indicó la agencia France Presse. En esos dos conflictos en los años 1990 y 2000, los colaboradores de Memorial International estaban en el terreno, documentando los abusos de los soldados rusos y sus refuerzos locales.
“El poder siempre detestó eso”, dijo en noviembre pasado a AFP la historiadora Irina Shcherbakova, una de las fundadoras de la ONG.
En 2009, la responsable de la organización en Chechenia, Natalia Estemirova, fue secuestrada a pleno día y ejecutada con un disparo en la cabeza en Grozny. Culpado por este asesinato, el autoritario dirigente checheno y aliado de Putin, Ramzan Kadyrov, acusó a los integrantes de Memorial International de ser “enemigos del pueblo”.
En 2018, la organización terminó retirándose de esa región por la condena de su responsable local en un caso de drogas que la ONG denuncia como un montaje.
Según sus fundadores, Memorial International empezó su actividad antes de su creación oficial en 1989, con el objetivo de dar nombre y recordar a los millones de las víctimas olvidadas de la represión soviética. En los años 1960 y 1970, militantes disidentes empezaron a recoger clandestinamente informaciones sobre estos crímenes. Con la apertura impulsada por el entonces líder soviético Mijaíl Gorbachov en la recta final de la URSS, lo empezaron a hacer sin esconderse.
Con la llegada de Putin en 2000, esta tarea se complicó, porque el Kremlin defendía una interpretación histórica, subrayando el poder ruso y minimizando los crímenes soviéticos.
En las últimas semanas, decenas de organizaciones de toda Rusia y de todo el mundo, así como políticos, científicos y figuras de la cultura, han expresado su apoyo a Memorial International. Los defensores del grupo incluyen a Gorbachov y al premio Nobel de la Paz 2021 y editor en jefe de Novaya Gazeta, Dmitry Muratov.
A juicio de The Guardian, el cierre del grupo de derechos humanos “es parte del rápido desmantelamiento de la sociedad civil rusa”. “La breve ventana en la que Rusia toleraría un reconocimiento independiente de su pasado parece haberse cerrado”, escribió Andrew Roth, corresponsal del diario británico en Moscú.