Putin recibe una cumbre de los BRICS con la que busca mostrar que Rusia no está aislada

Vladimir Putin
El presidente de Rusia, Vladimir Putin. Foto: Archivo

Con ejes en la economía, pero con un ojo en la geopolítica, Moscú volvió a ser anfitrión de una instancia multilateral, lo que no ocurría desde el inicio de la invasión a Ucrania. Mientras Rusia presume no estar solo pese a los bloqueos, desde Occidente se preguntan por el alcance de una cumbre que reunirá a más de 20 jefes de Estado.


La cumbre de los BRICS que este martes empezó en la ciudad rusa de Kazán, no es una cualquiera. Y no se debe solo a sus miembros, sino también al mensaje que su anfitrión, Vladimir Putin, intenta enviar al resto del mundo: no está solo, y hay muchas -e importantes- economías dispuestas a sentarse en la misma mesa. Serán 22 los líderes nacionales que visitarán Rusia, incluidos el mandatario chino, Xi Jinping, y el primer ministro indio, Narendra Modi.

El Kremlin “pretende demostrar que Rusia no solo no está aislada, sino que tiene socios y aliados”, dijo a AFP el analista político moscovita Konstantin Kalachev.

Y si bien es la principal idea destacada por numerosos analistas, no es la única. La economía mundial y la posibilidad de crear una nueva plataforma de pagos internacionales fuera del control de Occidente, como ocurre en la actualidad, también estaría en la agenda de la reunión de tres días de duración.

La invasión rusa a Ucrania, puesta en marcha a gran escala en 2022, apartó a Rusia del sistema Swift. Y este tópico, las guerras que afectan al mundo, serían otro de los ejes de la cumbre.

Vista de algunos líderes que asisten a la cumbre de los BRICS en Kazán, Rusia, el 22 de octubre de 2024. Foto: Reuters

Es más, junto a los miembros tradicionales y los nuevos, destacan la posible presencia de dos figuras centrales en los actuales conflictos armados: la del líder palestino Mahmoud Abbas, cuya participación fue confirmada la semana pasada por el mandatario ruso, y la del secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, quien podría mantener una reunión -la primera desde que comenzó la guerra- con Putin durante el jueves para tratar asuntos de la agenda mundial, incluido Medio Oriente y Ucrania.

Un mensaje al mundo

Por su origen, los BRICS se podrían considerar una declaración político-económica. Fundados en 2009 originalmente, fue en 2010 cuando tomó su forma definitiva. Se trata de un grupo de “países emergentes”, como los definió la prensa y el mundo académico en la época, que incluye como miembros estables a Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, lo que da el acrónimo de su nombre. Fue precisamente la integración de este último, hace 14 años, lo que terminó de conformar al grupo.

Esa intención política, de una suerte de contrapeso a las principales potencias occidentales, creció junto con las economías de los países miembros, pero también de sus ganas de ampliarse. Dos datos son clarificadores al respecto.

En primer lugar, se trata de una cumbre que reúne a los líderes nacionales del equivalente al 45% de la población mundial y el 35% de la economía global. Y, en un segundo orden, es un grupo multilateral que ha crecido considerablemente en cuanto al número de miembros, considerando que en 2024, a los originales, se sumaron otros cuatro países: Etiopía, Irán, Egipto y Emiratos Árabes Unidos.

¿Por qué importan sus miembros y, principalmente, las economías y la población que representan? Pues, para numerosos analistas, es una declaración de su anfitrión, Vladimir Putin, de que no está solo en el mundo. Ni política ni financieramente hablando.

Desde el propio Kremlin así lo ven, como se pudo desprender de las palabras de Yuri Ushakov, el asesor de Putin en materia de política internacional. “Creo que nuestro presidente no la tendrá fácil, sin embargo, él mismo expresó el deseo de reunirse literalmente con todos los jefes de Estado que viajen a Kazán”, planteó previo al comienzo de la cumbre.

Pese a haber iniciado una guerra en 2022, a ser objeto de sanciones financieras e incluso a tener en sus hombros una orden de arresto en su contra en la Corte Internacional de Justicia (CIJ), Putin parece decidido a hacer ver que no le importa.

Annual BRICS summit, in Kazan
El presidente ruso, Vladimir Putin, da la bienvenida al presidente chino, Xi Jinping, durante la ceremonia de bienvenida antes de una cena informal al margen de la Cumbre BRICS 2024 en Kazán, Rusia, el 22 de octubre de 2024. Foto: Reuters.

Ya hubo reuniones bilaterales e informales entre el mandatario ruso y su par chino e indio, Jinping y Modi, respectivamente, y también con los presidentes de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa; Egipto, Abdel Fattah El-Sisi; y con la directora del Nuevo Banco de Desarrollo de los BRICS, la expresidenta brasileña Dilma Rousseff.

En tanto, el miércoles, día en que formalmente arrancan las conversaciones, Putin tiene en agenda encuentros con sus homólogos de Irán, Masoud Pezeshkian, y Turquía, Recep Tayyip Erdoğan, detalló Ushakov, según agencias de noticias internacionales. Por último, y para posterior al punto de prensa final del jueves, el mandatario se reunirá con los presidentes de Palestina, Laos, Mauritania y Bolivia. Será también ese día cuando, según agenda, Putin se encontrará con António Guterres, secretario general de Naciones Unidas.

El único que falta en la lista es Luiz Inácio Lula da Silva, mandatario brasileño que por problemas de salud no pudo asistir de manera presencial, pero sí lo hará telemáticamente. En declaraciones a CNN Brasil, el excanciller y uno de los principales asesores del mandatario, Celso Amorim, señaló que el gigante sudamericano se posicionaba en contra del ingreso al grupo de Venezuela. “Yo no defiendo la entrada de Venezuela. Creo que hay que ir despacio. No sirve de nada llenar (los BRICS) de países, de lo contrario pronto se creará un nuevo G-77″, apuntó.

“El mensaje claro es que los intentos de aislar a Rusia han fracasado”, dijo a BBC Chris Weafer, socio fundador de la consultora Macro-Advisory. “Una gran parte del mensaje del Kremlin es que Rusia está resistiendo las sanciones. Sabemos que hay graves grietas bajo la superficie. Pero a nivel geopolítico, Rusia tiene todos estos amigos y todos serán socios de Rusia”, añadió.

Una mirada similar la planteó Alex Gabuev, director del Centro Carnegie Rusia Eurasia en Berlín, quien dijo a CNN en Español que “esta cumbre de los BRICS es realmente un regalo (para Putin)”, puesto que “el mensaje será: cómo se puede hablar del aislamiento global de Rusia cuando (todos estos) líderes… vienen a Kazán”.

El plan de Rusia, continuó, es presentar a los BRICS “como la punta de lanza, la nueva organización que nos conduce a todos como comunidad global hacia un orden más justo”. Esa idea de la injusticia ha marcado la retórica del Kremlin previo al encuentro, donde han asegurado que quieren que los asuntos mundiales se rijan por el derecho internacional, “no por normas establecidas por Estados individuales, concretamente Estados Unidos”.

En declaraciones a la prensa, el asesor Yuri Ushakov añadió que en el Kremlin creen “que los BRICS son un prototipo de multipolaridad, una estructura que une los hemisferios Sur y Este sobre los principios de soberanía y respeto mutuo”, ahondando en esa línea.

Si bien desde Estados Unidos han descartado que los BRICS puedan convertirse en un “rival geopolítico”, según France 24, la nación norteamericana sí “ha expresado su preocupación por el hecho de que Moscú muestre su músculo diplomático en pleno conflicto ucraniano”.

El balance político del mundo no es la única preocupación de la cumbre. Es más, en primer lugar, se trata de una de tipo económica. Por eso, una de las grandes propuestas a tratar es la que Rusia planteó como un sistema de pagos liderado por los BRICS, que compita con SWIFT, la red financiera internacional que cortó el acceso a los bancos rusos en 2022, una vez iniciada la invasión a Ucrania. O, como le dicen en el gigante de Eurasia, la “Operación Militar Especial”.

En la misma línea, el presidente ruso señaló su interés en que se dé “un aumento de los pagos en monedas nacionales” entre las naciones de los BRICS, lo que, en su opinión, “reducirá los riesgos políticos externos”.

Vista exterior de la Corte Penal Internacional en La Haya, Países Bajos. Foto: Archivo

Todo esto, sumado a la presión legal contra Putin -debido a su juicio en la CIJ-, llevan al analista político ruso Konstantin Kalachev a creer que el Kremlin considera “crucial” demostrar que “existe una alternativa a las presiones occidentales (…) y que el mundo multipolar es una realidad”, dijo al medio Swiss Info.

Según datos del Fondo Monetario Internacional, se estima que la participación de los BRICS en el PIB mundial aumentará al 37% para finales de la década actual. En cambio, la participación del grupo de las siete principales economías occidentales disminuirá, aproximadamente, desde el 30% hasta el 28% solo durante este año.

La guerra como fondo

Un tema que salió y, aparentemente, seguirá a flote, es la guerra en la que Rusia y Ucrania llevan enfrascados desde hace más de dos años y medio. Y, rápidamente, se tomó la discusión en la cumbre.

El encargado de sacarlo a colación fue el primer ministro de India, Narendra Modi, quien este martes mantuvo una reunión informal con su homólogo ruso y donde, según informó a la prensa, le planteó que apoyaba una solución pacífica para terminar el conflicto armado.

Vladimir Putin abraza al primer ministro indio, Narendra Modi. Foto: Reuters

“Creemos que las disputas solo deben resolverse pacíficamente. Apoyamos totalmente los esfuerzos para restaurar rápidamente la paz y la estabilidad”, le dijo a Putin. Ambos líderes nacionales mantienen una relación de años, que si bien se vio ligeramente afectada por el Covid-19 y el inicio de la guerra, hace meses que volvió a intensificarse.

Medios y analistas han destacado que en Nueva Delhi han tratado de mantener un delicado equilibrio entre las históricamente fuertes relaciones de India y Rusia, sin perder de vista el interés indio de acercarse a Occidente para contrarrestar a China, su principal rival en la región.

El gigante asiático no solo se enfrenta económicamente a India, sino también a nivel territorial, pues mantiene una disputa por el control de un sector en su larga frontera. De todos modos, ambos son los principales compradores del petróleo ruso, paliando el déficit que generó el cese de la relación comercial con Occidente.

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