El emir de Qatar, Tamim bin Hamad al Thani, ha denunciado que la situación en Medio Oriente equivale a un “genocidio colectivo” y ha sostenido que “la llave para una paz duradera” pasa por el establecimiento de un Estado palestino en las fronteras de 1967.
“La solución de dos Estados, con el establecimiento de un Estado palestino independiente y viable en las fronteras de 1967, con Jerusalén Este como capital, es la clave para una paz duradera en la región”, ha dicho durante el Diálogo de Cooperación en Asia en la capital, Doha.
Asimismo, ha alertado de la “impunidad” que disfruta Israel mientras convierte la Franja de Gaza en “un lugar inhabitable”, al tiempo que ha pedido “esfuerzos serios para un alto el fuego para detener la agresión israelí contra Líbano”, según ha informado la cadena de televisión qatarí Al Yazira.
El repunte del conflicto en la región deriva de los ataques perpetrados el 7 de octubre de 2023 por el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamas) y otras facciones palestinas contra territorio israelí, que se saldaron con unos 1.200 muertos y llevaron a Israel a desatar una cruenta ofensiva contra la Franja de Gaza que deja ya cerca de 41.700 muertos, a los que se suman más de 700 en Cisjordania y Jerusalén Este.
Los ataques del 7 de octubre, denominados ‘Inundación de Al Aqsa’ por Hamas y sus aliados, llevaron además a la apertura del frente en la frontera entre Israel y Líbano, con combates constantes desde hace más de once meses que han desembocado en una nueva invasión de territorio libanés por parte de Israel. Además, los rebeldes hutíes de Yemen y milicias proiraníes de Irak han lanzado misiles y drones contra Israel -que ha ejecutado bombardeos contra territorio de Líbano, Siria y Yemen- en respuesta a su ofensiva contra Gaza.
Por su parte, Irán lanzó el martes su segundo ataque con misiles contra Israel, en lo que describió como una respuesta a la muerte del líder del brazo político de Hamas, Ismail Haniye, en un ataque en Teherán a finales de julio y la del secretario general de Hezbolá, Hasán Nasralá, en un bombardeo israelí contra la capital de Líbano, Beirut.