Los vientos de Santa Ana, conocidos también como “vientos del diablo” o “vientos rojos”, son un fenómeno meteorológico responsable de potenciar la propagación de los incendios que afectan a la ciudad de Los Ángeles, California. Su conducta impredecible, fuertes ráfagas y resequedad, hacen que combatir las llamas sea una tarea casi imposible.
En el sector de California, es usual que el viento circule desde la costa al interior. Durante un evento de vientos de Santa Ana, este si dirige de manera opuesta, desde las montañas y cañones hacia el borde costero. Este es un fenómeno meteorológico normal, que suele ocurrir varias veces en un mismo año, usualmente en los meses más fríos del hemisferio norte.
Estas ráfagas se forman en el sector de alta presión atmosférica de la Gran Cuenca de Norteamérica y mientras se dirigen a la de baja presión en la costa de California, aumentan su velocidad. Suelen tener una potencia de 95 a 130 km/h, pero pueden llegar a alcanzar hasta 160 km/h. Al provenir de zonas desérticas secas, cuando llegan a California, lo hacen con poca humedad y al circular, hacen que bajen los niveles de humedad presente del sector por donde pasan.
Incendios en Los Ángeles
El incendio que ha afectado a Los Ángeles se convirtió en el más destructivo en la historia de la ciudad.
Consumiendo más de 145 kilómetros cuadrados, provocando la evacuación de sobre 150 mil ciudadanos y el fallecimiento confirmado de 11 personas. Los fuegos han sido calificados como volátiles por los bomberos locales y se han desarrollado en múltiples focos simultáneos.
Los vientos de Santa Ana, si bien, no son la raíz de estos siniestros, aumentan su capacidad de propagación, tanto de las llamas en si como de brasas que pueden crear nuevos focos. Ello con la sequía que afecta a la ciudad que no ha visto lluvia durante ocho meses, generaron un escenario que la ciudad de Los Ángeles no tenía la capacidad de combatir.
Se espera que estas condiciones continúen hasta el menos la próxima semana. El servicio meteorológico AccuWeather, predice que el lunes se esperarán ráfagas de hasta 136 km/h, dificultando las labores de bomberos, que ha logrado mantener bajo control solo un 11% de los incendios.