El jueves a las 9.30 hora local de Colombia, una camioneta llega hasta la portaría de la Escuela de Policía General Santander. Cuando los agentes de guardia de la entrada intentan detener al sujeto para el registro, éste acelera el vehículo e ingresa a máxima velocidad a las instalaciones y la camioneta explota. En su interior se transportaban 80 kilos de pentolita.
El hombre que se encontraba al interior del vehículo, y que murió instantáneamente por la explosión, fue identificado como José Aldemar Rojas Rodríguez, de 56 años, miembro del grupo guerrillero Ejército de Liberación Nacional (ELN).
Aldemar, recibía el alias de "El Mocho", nació en Puerto Boyacá y pertenecía al grupo guerrillero hace más de 25 años. Según confirmó el ministro de Defensa, Guillermo Botero, estuvo en la cabeza explosivista del Frente Adonay Ardila del ELN.
"Desde el 2008 se desempeñó en la actividad de explotar artefactos. Años más adelante se dirigió a Venezuela para capacitar a personas involucradas" en la guerrilla colombiana. Fue durante este periodo en la que este sujeto perdió la mano derecha.
En el 2015 quiso incorporarse a la lista de integrantes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc) "para tratar de buscar beneficios, pero fue rechazado", por lo que no logró ser parte de este grupo.
Pese a su vinculación en la guerrilla, no tenía antecedentes judiciales y habría comprado la camioneta del atentado en mayo del año pasado.
Lo que logró determinar además es que el "Mocho" era cercano a Luis Alberto Cortés, alias Culebro Viejo, que fue jefe militar del Frente Oriental del ELN y hombre de confianza de Gustavo Aníbal Giraldo, alias Pablito, integrante del Comando Central del ELN, Coce.