Los rebeldes que en la madrugada de hoy tomaron el control del país al ingresar a Damasco se encuentran liderados por la alianza islamista Hayat Tahrir al-Sham, o HTS, junto con un grupo paraguas de milicias sirias respaldadas por Turquía llamado Ejército Nacional Sirio.

Ambos grupos comenzaron el 27 de noviembre una ofensiva de choque, en la que hombres armados capturaron Alepo, la mayor ciudad de Siria ubicada en el norte del país, y la ciudad central de Hama, la cuarta más grande. El fundador de HTS, Abu Muhammad al-Jolani, participó en la insurgencia iraquí contra Estados Unidos como miembro del grupo que finalmente se convirtió en el Estado Islámico.

En su antigua encarnación como Jabhat al Nusra o Frente Al Nusra, HTS declaró posteriormente su lealtad a Al Qaeda. Finalmente rompió públicamente esos vínculos en 2016 y cambió su nombre a Hay’at Tahrir al Sham, u Organización para la Liberación del Levante. HTS es ahora la facción rebelde más poderosa en Siria.

Un combatiente rebelde hace el signo de la victoria mientras está de pie en un avión militar que pertenecía a las fuerzas leales al gobierno de Bashar al-Assad en Hama, Siria, el 7 de diciembre de 2024. Foto: Reuters

Estados Unidos lo ha catalogado como grupo terrorista y en la zona que controlaba hasta la incursión del 27 de noviembre, en Idlib, existían graves problemas de derechos humanos , incluidas ejecuciones de acusados de afiliación a grupos rivales y por acusaciones de blasfemia y adulterio. Sin embargo, ahora los líderes de la agrupación dicen ser moderados.

El HTS y el Ejército Nacional Sirio han sido aliados en ocasiones y rivales en otras, y sus objetivos pueden divergir. Las milicias apoyadas por Turquía también tienen interés en crear una zona de amortiguación cerca de la frontera turca para mantener alejados a los militantes kurdos en desacuerdo con Ankara. Turquía ha sido uno de los principales patrocinadores de los combatientes, pero más recientemente ha instado a la reconciliación, y los funcionarios turcos han rechazado enérgicamente las acusaciones de cualquier participación en la ofensiva actual.

HTS cuenta con una academia militar, un comando centralizado, unidades especializadas de rápido despliegue que incluyen infantería, artillería, operaciones especiales, tanques, drones y francotiradores, e incluso una industria local de fabricación de armas. Estas capacidades quedaron en evidencia durante la última semana en su audaz incursión.

“Se ha transformado en los últimos cuatro o cinco años en un protomilitar refinado”, dijo al diario Financial Times Aaron Zelin, un experto en el grupo en el centro de estudios Washington Institute.  Obtener armamento básico ha sido relativamente fácil para HTS debido a que Siria ha estado inundada de armas desde 2011, cuando Turquía y las naciones árabes, con el apoyo de Estados Unidos, inundaron el país con armas para ayudar a reforzar a los rebeldes en la guerra civil contra el régimen apoyado por Irán.

Una vista aérea muestra el interior del aeropuerto militar de Hama, después de que los rebeldes sirios lucharon contra las fuerzas gubernamentales por el control de la ciudad clave de Homs el sábado en Hama, Siria, el 7 de diciembre de 2024. Foto: Reuters

“Pero la fabricación local de HTS, en particular de drones y misiles, le ha permitido plantear nuevas amenazas a un régimen que carece de capacidades significativas contra los drones. En los últimos días, el grupo militante ha publicado imágenes de ataques suicidas con drones contra una reunión de comandantes en un edificio del ejército sirio y otro ataque con drones contra la base aérea de la ciudad de Hama, en el centro del país”, dijo el diario.

El HTS también ha invertido en la producción de misiles de largo alcance, cohetes y granadas de mortero. Durante su ofensiva, los militantes han revelado un nuevo sistema de misiles guiados, del que se sabe poco, pero que Charles Lister, del Middle East Institute, describió como un “misil masivo con una enorme munición en el frente”.

Se cree que el misil se llama “Qaysar”. “Eso reemplazó la necesidad de camiones bomba suicidas, lo que [HTS] habría hecho hace cinco años”, dijo al diario Lister, agregando que los misiles guiados habían sido disparados a docenas de kilómetros a través de territorio abierto antes de una nueva ofensiva.

Los rebeldes han señalado que su objetivo era justamente derrocar a Assad y no está claro qué ocurrirá ahora. Aunque se ha hablado de una transición, pero existe mucha incertidumbre.

Muchos miembros de la comunidad internacional habían aceptado a Assad a regañadientes como líder de Siria, incluso después de que aplastara violentamente a la oposición de su país y utilizara armas químicas prohibidas internacionalmente.

Para muchos países, Assad ofrecía una apariencia de control, mientras que una toma de poder por parte de los rebeldes amenazaba con generar más incertidumbre en una región ya agitada. El año pasado, algunos estados árabes comenzaron a normalizar las relaciones diplomáticas con el régimen de Assad, después de haber rechazado a su gobierno durante años.

En público, los funcionarios estadounidenses se han mostrado cautelosos respecto de Hayat Tahrir al-Sham, pero dentro del gobierno estadounidense algunos funcionarios creen que el giro del grupo hacia el pragmatismo es genuino y que sus líderes saben que no pueden hacer realidad sus aspiraciones de unirse o dirigir el gobierno sirio si se lo considera una organización yihadista.

Los principales actores regionales —Israel, Irán y Turquía— tienen intereses en juego en el resultado de esta guerra, lo que significa que sus repercusiones no sólo afectarán a Medio Oriente Medio, sino también a potencias mundiales como Estados Unidos y Rusia.