La actual directora ejecutiva de la Agencia de la ONU para los Refugiados de Palestina en Medio Oriente (UNRWA) en España, Raquel Martí, tiene una vasta carrera en programas de cooperación internacional. Licenciada en Geografía e Historia en la Universidad Complutense de Madrid y doctora en Historia por la UNED, también es experta en Gestión y Evaluación de proyectos de Cooperación Internacional y Evaluación de Programas y Políticas Públicas.
En esta entrevista con La Tercera da cuenta de la crisis humanitaria que se vive actualmente en la Franja de Gaza.
El lunes UNRWA dio a conocer que seis más de sus trabajadores habían fallecido. ¿Cómo es la situación que enfrentan en Gaza?
Han sido asesinados por los bombardeos israelíes. Desde que empezó el conflicto el día 7 de octubre, han muerto 35 compañeros de UNRWA. Pero esos son únicamente los casos que hemos podido confirmar. Sin embargo, tenemos cientos de compañeros que no tenemos contacto con ellos, ni sabemos en qué situación están, con lo cual entendemos que cuando se acabe la situación y podamos hacer un recuento de todo el personal de UNRWA los números de fallecidos serán elevadísimos, teniendo en cuenta que UNRWA es la agencia de Naciones Unidas más grande operando en Gaza y que contábamos con 13 mil trabajadores.
Respecto a la situación humanitaria, se sabe que no hay luz, agua ni alimentos. ¿Cuál es la información que tienen ustedes en terreno?
Los últimos datos que ha proporcionado el Ministerio de Salud hablan ya de 5.800 muertos, de ellos un 62% son niños, pero además se piensa que debe haber unas 1.000 personas muertas debajo de los escombros, entre ellas, unos 500 niños. Nuestros datos se obtienen debido a que denuncian a las personas desparecidas de sus familias que no han vuelto a encontrarlas tras los bombardeos. Hay aproximadamente 15.273 heridos. Desde que comenzó la ofensiva militar hay aproximadamente 1,1 millones de personas desplazadas a lo largo de toda la Franja de Gaza. Cuando Israel anuncia o más bien advierte a la población que debe desplazarse hacia el sur, se produce un movimiento de población en esa dirección y aproximadamente se han desplazado unas 600 mil personas, de las cuales en total, a lo largo de toda la Franja de Gaza, 500 mil están en alojadas en 100 instalaciones de la UNRWA. Porque en UNRWA antes de la ofensiva -ahora nos han destruido 32 instalaciones- teníamos casi 200 escuelas a lo largo de toda la Franja, en las que dábamos educación a 300.000 niños y niñas.
¿Cuán difícil es responder a ese flujo de desplazados?
En estas escuelas ya estamos habituados, debido a tantas ofensivas militares por las que hemos pasado a lo largo de la historia, a convertirlas en refugio cuando hay una escalada militar. A lo que no estábamos habituados es a recibir a medio millón de personas. En los últimos 15 años, esta es la séptima escalada militar que se produce y el año que habíamos tenido más desplazados fue en 2014, con 300 mil personas. Ahora hemos superado muchísimo esta cifra. No solo se han refugiado en los colegios, sino que también en nuestras clínicas, en nuestros centros de formación profesional e incluso en nuestra base logística en Rafah, que desde luego no está preparada para acoger personas y hay ocho mil personas refugiadas en nuestra base logística. Se nos acaba todo el material humanitario, no nos quedan kit higiénicos, colchones, pañales para adultos y bebés. Nos falta material de limpieza, se nos acaba el agua, los alimentos, los medicamentos. Desde el 7 de octubre los pasos fronterizos fueron cerrados y Gaza se encuentra bajo un fuerte bloqueo. Las necesidades están sumamente elevadas por parte de la población que lo ha perdido todo, hemos tenido que hacer restricciones de las distribuciones, estamos distribuyendo únicamente un litro de agua potable por persona y día para que no se produzcan casos de deshidratación o que puedan morir de deshidratación. Un litro de agua, hay que señalar, no es suficiente. Estamos restringiendo la distribución de alimentos con un cálculo que hemos realizado muy estricto de las calorías necesarias para que una persona sobreviva y estamos ciñéndonos a esa cantidad para poder estirar al máximo la comida que nos queda que es muy poca.
¿Cómo afecta a los palestinos y a UNRWA el constante bombardeo israelí contra Gaza?
La población está aterrorizada, está exhausta de bombardeos continuos e intensos. El 30% de los hogares han sido destruidos dentro de la Franja de Gaza, esto significa que aproximadamente unas 20 mil viviendas se han perdido y hay más de 120 mil dañadas. Se han atacado hospitales, se han atacado clínicas, escuelas, incluso en colegios con población palestina refugiada de UNRWA ha habido ocho muertos, entre ellos un niño, y más de 100 heridos. La mayoría de las personas que están en las escuelas son niños, niñas y mujeres, y han sido en cuatro ocasiones alcanzadas por los proyectiles. Estamos haciendo un llamado constante a la apertura de los pasos fronterizos, porque necesitamos diariamente introducir camiones con ayuda humanitaria, incluyendo combustible. No hay electricidad dentro de la Franja de Gaza, por lo que no se puede bombear agua a las instalaciones o a las casas. Las plantas de desalinización de agua están apagadas. Gaza es un lugar que tiene un acuífero que está contaminado, el agua de Gaza está contaminada. Solo hay un 4% que es potable del acuífero. Por eso hay esta crisis de agua. Además, los hospitales también necesitan electricidad y se les está acabando. Cuando cortan la electricidad, cuando la planta eléctrica de Gaza no funciona, los hospitales tienen generadores de emergencia y estos funcionan con combustible y éste se está acabando. Hay hospitales que ya han tenido que cerrar por la falta de combustible, hay algunos que les quedan 24 horas. No hay desinfectantes, esterilizantes, anestesia, hay hospitales que están operando sin anestesia. No hay fármacos para muchísimas enfermedades crónicas como la diabetes, no hay insulina. Es un auténtico desastre humanitario. Es una catástrofe que nunca antes habíamos visto. De unas dimensiones que nos superan a todos los actores humanitarios que estamos dentro de la Franja de Gaza.
¿Puede describir la situación respecto de la falta de agua en Gaza?
Prácticamente a Gaza ya no le queda agua. El jueves de la semana pasada, por ejemplo, se abrió uno de los suministros de agua que provee Israel a Gaza durante tres horas y alcanzó a cien mil personas en Khan Yunis. Eso es el 14% de la población de Gaza. Queda muy poca agua, no puedo hacer un cálculo exacto, porque la situación no lo permite. Ni siquiera sabemos lo que está pasando en el norte de la Franja de Gaza, pero prácticamente a nosotros no nos quedan existencias, como no le quedan existencias a la mayoría de los hospitales, agencias de Naciones Unidas, y ONG internacionales. Prácticamente, todo se está acabando en la Franja de Gaza, es cuestión de días para que empiecen a morir personas no solo por las bombas, sino por la falta de agua, la deshidratación, las enfermedades transmisibles que está produciendo la ingesta de agua contaminada. Las enfermedades que se están empezando a propagar en los hospitales, porque no se pueden desinfectar, por las basuras que no se pueden recoger y los cadáveres que se están pudriendo bajo los escombros de las casas bombardeadas. Es decir, va a haber una crisis de salud pública sin precedentes en Gaza y además la gente va a empezar a morir de inanición y la gente ya está muriendo en los hospitales porque los médicos no dan abasto para tratar a todas las personas que vienen heridas de gravedad, ni hay fármacos para atender las enfermedades crónicas, que necesitan tratamiento urgente y sin eso van a morir. La situación está al límite y ahora mismo le digo que hay muchos frentes que van a provocar la muerte de la población de Gaza si no se abren los pasos fronterizos y si no se permite la entrada de ayuda incluyendo el combustible.
Este fin de semana se permitió la entrada de camiones con ayuda humanitaria desde Egipto. ¿Cuánto alivia esto la situación?
Nosotros lo que estamos reiteradamente solicitando, es que no solamente entren 20 camiones, estamos solicitando la apertura continuada de los pasos fronterizos para poder entrar ayuda humanitaria. Y además poderla llevar y distribuirla a lo largo y ancho de toda la Franja de Gaza. Los camiones que han autorizado están muy lejos de cubrir las necesidades de la población, necesitamos al menos 100 camiones diarios de material humanitario y 100 camiones diarios de combustible para poder palear todo el déficit eléctrico que hay ahora mismo dentro de la Franja de Gaza. Y estos camiones es lo mínimo para poder mantener en condiciones decentes a la población. Aun así, estoy segura que harían falta muchísimos más.
En medio de esta crisis humanitaria, en la que existe una gran escasez, ¿qué ocurre con las personas que fallecen y que no pueden ser enterradas?
No quedan bolsas para meter los cadáveres, las morgues de los hospitales están colapsadas, han tenido que desplazar camiones frigoríficos de alimentos a los hospitales para convertirlos en morgues. Y desde hace varios días están excavando fosas comunes para enterrar a los cadáveres. Hay muchísimos cadáveres, sobre todo de niños, sin identificar, no saben quiénes son, no se les puede comunicar a sus familias, porque no se conoce quiénes son sus familiares. Llegan rescatados de los bombardeos, los traen los voluntarios que intentan rescatar personas bajo los escombros. Y ellos mismos los transportan en los pocos autos que quedan, con la poca gasolina que queda a los hospitales y llegan en estado grave, en estado de shock o muertos. Y no se sabe quiénes son sus familiares.
Muchos señalan que Hamas utiliza a los civiles como escudos humanos en Gaza, porque se ubican debajo de estas instalaciones como colegios y hospitales…
Nosotros somos trabajadores humanitarios, que no entramos en debatir la escalada militar entre Hamas e Israel. Lo único que entramos a narrar y a dar todos los datos es lo que recogemos en el terreno sobre lo que está pasando. Y, como digo, se ha bombardeado colegios, con población refugiada de Naciones Unidas, que son instalaciones inviolables por el derecho humanitario internacional y, sin embargo, han sido alcanzadas. El derecho humanitario internacional prohíbe bombardear las instalaciones civiles, incluyendo escuelas, hospitales, clínicas, ambulancias, personal sanitario, personal humanitario, y estamos dando datos, números terribles de lo que ocurre allí, que están matando las bombas. Estamos hablando de la población civil, que está falleciendo ahora mismo en esta escalada bélica, con lo cual creo que los datos hablan por sí mismos.