Cuando han pasado seis meses desde que Israel comenzó su guerra contra Hamas, en respuesta a los ataques contra Israel llevados a cabo por el grupo el 7 de octubre pasado, la crisis humanitaria en Gaza se acrecienta cada día y crecen las voces advirtiendo de una inminente hambruna en el enclave palestino. Las ofensivas israelíes han dejado al menos 34.012 palestinos muertos y 76.833 heridos, según el Ministerio de Salud en Gaza. De los fallecidos, al menos 14.500 corresponden a niños y 9.500 a mujeres, y se supone que hay unas 8 mil personas desaparecidas, que se presume que están debajo de los escombros, debido a la falta de maquinaria para removerlos. Cada 10 minutos, un niño muere o resulta herido en Gaza, advierte UNICEF, subrayando la urgente necesidad de aumentar las evacuaciones médicas de niños.
“Israel no ha cesado de bombardear de forma indiscriminada a lo largo y ancho de toda la franja de Gaza. En la actualidad hay aproximadamente 1,5 millones de personas en Rafah, que está en el sur de Gaza en la frontera con Egipto, puesto que, con los sucesivos bombardeos en las zonas norte, central y sur, incluyendo Khan Younis, el Ejército ha forzado los desplazamientos hacia Rafah y estas personas se encuentran allí hacinadas”, da cuenta Raquel Martí, directora del comité español de UNRWA, en conversación a La Tercera.
“UNRWA tiene acogidas en sus instalaciones –que van desde las oficinas de la base logística que tenemos en Rafah, a escuelas, clínicas- a un millón de personas, las que son personas desplazadas que han huido de sus casas o que sus casas han sido bombardeadas. Israel ha bombardeado sistemáticamente los hospitales de Gaza y ha hecho colapsar el sistema sanitario en Gaza. En la actualidad quedan 10 hospitales operativos, pero lo hacen de forma parcial porque han sido dañados en sus infraestructuras, porque no hay equipamiento, medicamentos, con lo cual la mayor parte de la población en Gaza no tiene acceso a la salud y las personas que consiguen llegar a los hospitales mayoritariamente son heridos de gravedad, donde son atendidos en el suelo de los hospitales y los médicos no dan abasto para atenderles”, detalla Martí, quien explica que el nivel de destrucción es tal en el enclave palestino que Naciones Unidas calcula que hay más de 18.000 millones de dólares de pérdidas.
Martí se encuentra de visita en Chile invitada por la Comunidad Palestina local y participará de distintos encuentros para hablar sobre la situación en Gaza.
Respecto al lento ingreso de la ayuda humanitaria, ¿cuál es la situación en ese sentido?
Debido a los bombardeos se ha destruido todo el sistema productivo de Gaza, incluyendo tierras de cultivo, la flota pesquera, comercios, fábricas, ganadería. Ahora mismo no hay nada en los mercados, no existen y la población depende en su totalidad de la ayuda humanitaria. Israel desde el principio ha estado impidiendo, incluso prohibiendo la entrada de ayuda humanitaria. Primero abrió el paso de Rafah, que es el cruce terrestre con Egipto, es un cruce pedestre, no tiene capacidad para la entrada de mercancías en grandes cantidades y, además, Israel escanea todo lo que entra dentro de la Franja de Gaza, incluso por Egipto. Si no se hacen estos check-in de seguridad por parte de Israel, no se permite la entrada de los camiones. Si Israel detecta que en el camión hay alguno de los materiales que ellos prohíben, devuelve todo el camión, con toda la mercancía y prohíbe su entrada. Y estos materiales prohibidos incluyen desde, por ejemplo, medicamentos contra el cáncer, anestésicos, kits para mujeres embarazadas, kits higiénicos, etcétera. Y, además, todos estos procedimientos, los registros de los camiones, toda la burocracia para entrar los camiones hace que esta entrada sea excesivamente lenta y que no se pueda entrar grandes números de camiones. Posteriormente, con la presión internacional, Israel accede a abrir Kerem Shalom, que es otro cruce fronterizo controlado por israelíes. Hemos estado denunciando todos los días la necesidad de aumentar el volumen de camiones por los cruces fronterizos. Hay siete cruces fronterizos, seis con Israel y Rafah con Egipto, que pueden ser perfectamente utilizados para entrar ayuda humanitaria. Hay miles de camiones en Rafah esperando autorización desde hace meses para poder entrar en Gaza. No es un problema de que falte la ayuda humanitaria. Es un problema de que Israel prohíbe la entrada de ayuda humanitaria de miles de camiones que hay al otro lado de la frontera. Y esta situación lo que ha producido es que la población esté privada de alimentos, de agua, de medicamentos. La población en el norte de Gaza, que es donde más está sufriendo esta situación, porque, además, Israel ha impedido, desde el principio de la ofensiva militar, el tránsito humanitario de convoyes allí. La mayor parte de estos convoyes son prohibidos o retrasados por Israel, con lo cual el número que ha llegado a entrar al norte de Gaza es absurdamente insuficiente.
Últimamente se ha hablado de que Gaza estaría cerca de la hambruna…
El hecho de que no entre ayuda humanitaria, ha hecho que sea en el norte de Gaza donde un mayor número de personas se encuentran en lo que llamamos el nivel cinco de inseguridad alimentaria, que es el más crítico, el más alto de la escala al que se le denomina el nivel catastrófico de inseguridad alimentaria. Cuando estás en este nivel y se dan una serie de indicadores, entonces se decreta una hambruna. Por lo cual lo que quiere decir esto es que estamos en Gaza al borde de la hambruna y, ahora mismo en el mundo, el mayor número de personas que existen en el nivel cinco de inseguridad alimentaria se encuentran en Gaza. Nunca habíamos visto que se diera en una población un crecimiento tan rápido del número de personas que se encuentran en este nivel. En la actualidad más de una treintena de personas han muerto por desnutrición, entre ellos 27 niños y niñas de corta edad. Ahora mismo el 35% de los menores de dos años en Gaza están desnutridos y el 25% de los menores de cinco años en el norte de Gaza están desnutridos.
Teniendo en cuenta la destrucción, la falta de hospitales, la falta de agua, ¿cómo es la situación a nivel sanitario?
Como Israel ha destruido todo el sistema sanitario de Gaza y como la población está en unas condiciones higiénicas sanitarias pésimas, mayoritariamente porque no hay servicios de agua, ni hay servicios higiénicos, están hacinados en infraestructuras que ni siquiera están preparadas para estar viviendo allí. Nosotros tenemos, por ejemplo, nuestra base logística donde hay 8.000 personas refugiadas. Hasta hace poco teníamos en nuestro centro de formación profesional, que es un área bastante grande con muchos edificios, 42.000 personas hacinadas. Ahí no hay duchas y no hay baños, retretes suficientes para la población y cada 400 personas están compartiendo un retrete y cada 4.000 personas están compartiendo una ducha. Lo que esto quiere decir es que la mayor parte de las personas no se pueden duchar y la mayor parte de las personas comparten un mismo retrete, en momentos en que se han propagado muchísimas enfermedades infecciosas por la falta de higiene y por estas condiciones higiénico-sanitarias, lo que ha hecho es que se empiecen a propagar las enfermedades a una velocidad rapidísima. Tenemos miles de casos de gastroenteritis, sobre todo en niños. Tenemos infecciones respiratorias, infecciones en la piel, hepatitis, sarna, piojos, etcétera. Cuando estamos hablando de que hay cientos de miles de niños con diarrea y estamos hablando de estos niveles de desnutrición, hablamos también de deshidratación, pues estos tres factores son una fórmula perfecta para que estos niños comiencen a morir rapidísimamente.
Usted mencionó que Israel objeta camiones por su contenido, ¿podrían argumentar razones de seguridad?
No puedo entender por qué un kit materno infantil para una mujer embarazada que va a tener un bebé puede estar prohibido. Yo no puedo entender por qué un medicamento contra el cáncer está prohibido. Israel ha estado diciendo desde el principio que si no entraban más camiones era por la incapacidad de Naciones Unidas de gestionarlos. Tenemos la misma capacidad logística antes de ayer que hace un mes, que hace dos meses. Entonces ahora de repente pueden entrar 400 camiones. Es porque Israel ha acelerado todos los procesos y autorizado esa entrada y nosotros hemos gestionado esos 400 camiones, al igual que gestionábamos los 150 del mes pasado. No es un problema nuestro. Esos 400 camiones me consta que están absolutamente escaneados y revisados. No es un problema de seguridad, es un problema de que Israel está utilizando el hambre como arma de guerra. Israel dijo el 8 de octubre vamos a prohibir la entrada de agua, alimentos, medicamentos y electricidad a Gaza. Lo anunciaron ellos. El mes pasado la media de camiones fue de 70. Y este mes llevábamos una media de 150.
Tengo entendido que se necesitan 500 camiones diarios…
Esa es la referencia que utilizamos para decir que antes del 7 de octubre entraban 500 camiones y estos eran de mercancía, de ayuda humanitaria, de materiales de construcción y luego aparte entraba combustible. Y estamos hablando de que antes del 7 de octubre había un bloqueo sobre Gaza. Estábamos en una situación no puedo decir parecida, pero en el concepto de que Israel determina desde el año 2007 lo que entra dentro de la Franja de Gaza y en qué cantidades. Y esta situación de bloqueo lo que ha llevado -junto con otras ofensivas militares que han ocurrido a lo largo de todos estos años- a que se haya destruido la infraestructura, este bloqueo lo que ha llevado es al colapso económico de Gaza. Entonces, la población durante todos estos años estaba en una situación de crisis humanitaria por la falta de productos básicos que entraran dentro de Gaza. Y para que se haga una idea, un indicador súper interesante es que antes del 2007, antes del bloqueo, UNRWA alimentaba a 65.000 personas, antes del 7 de octubre UNRWA alimentaba a 1.200.000 personas. Y este es el resultado del bloqueo que hacía Israel sobre la Franja de Gaza, que 1.200.000 personas pasaban a depender alimentariamente de UNRWA debido al bloqueo y debido a las ofensivas militares. Entonces 500 camiones es lo que Israel permitía antes para que la gente pudiera sobrevivir. Pero 500 camiones donde, además, hay que añadir, había una flota pesquera en Gaza, aproximadamente 3.000 familias vivían de la pesca de Gaza, había ganadería, había vacas, había ovejas, camellos, agricultura, mercados, supermercados y entraban 500 camiones diarios. Ahora mismo no hay pesca, no hay ganadería, no hay agricultura, no hay mercados. Ahora mismo hay 2.200.000 personas que no tienen absolutamente nada. Lo suficiente sería que se abriesen ahora mismo todos los cruces terrestres y permitiera el tránsito constante de camiones humanitarios de forma ininterrumpida las 24 horas, entrando medicamentos, entrando combustible, entrando agua, entrando otro tipo de productos de bienes para poder reactivar los mercados y la producción.
Israel acusó a 12 empleados de UNRWA de participar en los ataques de Hamas el 7 de octubre pasado, ¿cómo responde a eso?
De los 12 trabajadores, dos están muertos. Con lo cual, ahora mismo, de ser culpables, serían a 10 a los que se juzgaría. Tengo que poner en contexto estas acusaciones. Se producen la semana en que la Corte Internacional de Justicia va a hacer público su decisión de si admite o no a trámite la denuncia de Sudáfrica contra Israel por presunto genocidio. El día que el Tribunal hace pública su decisión, que es admitida a trámite, los medios de comunicación lo que recogen no es la decisión del Tribunal, sino la noticia de que 12 trabajadores de UNRWA, según Israel, han participado en los ataques del 7 de octubre. Tengo que señalar también un dato importante que la información en la que se basa el Tribunal para tomar esta decisión, los informes, son datos de UNRWA y evidentemente esto es un hecho que no gustó en absoluto a Israel. En el momento en que UNRWA conoce esta información que es proporcionada por el gobierno israelí a nuestro Comisionado General, da a conocer simplemente los hechos y no las pruebas, nos facilita los nombres de los trabajadores. La respuesta de nuestro comisionado, como medida cautelar, es separar de la agencia a estos trabajadores, comprobar que lo son efectivamente y después despedirlos como medida cautelar. Evidentemente, si no son culpables, habrá que indemnizarlos por todos los daños causados. Y después el Comisionado General viaja a Estados Unidos para informarle al secretario general de las Naciones Unidas de las acusaciones y pedirle dos investigaciones independientes, una destinada a determinar si existen pruebas suficientes que puedan inculpar a estos trabajadores para abrir un procedimiento criminal judicial contra ellos. Esta investigación sigue en marcha. Hasta lo que yo sé, porque es una investigación independiente, Israel no ha proporcionado estas pruebas, no a nosotros, no sé si las ha proporcionado a alguno de los gobiernos que son donantes nuestros. Ni siquiera se las ha proporcionado a Estados Unidos. Desde nuestro punto de vista, que 12 trabajadores de UNRWA hayan podido participar en estos ataques, nosotros no lo sabemos, ni lo afirmamos, ni lo desmentimos, pero que 12 trabajadores hayan podido participar no es razón para criminalizar a una agencia que tiene 33.000 trabajadores, que lleva 75 años trabajando en uno de los contextos más convulsos del mundo y en concreto en Gaza, uno de los contextos más peligrosos y complejos, y además en un conflicto, el más politizado del mundo. Y lo que no puede ser es que se nos acuse y se nos criminalice por lo que puedan hacer o no 12 empleados. Lo que hacemos es facilitar el listado y los datos de los trabajadores a los gobiernos donde nos encontramos en Siria, Jordania, Líbano y en el territorio palestino ocupado. Los compartimos con la Autoridad Palestina y con Israel. Israel tiene la suficiente capacidad y tiene sus sistemas de inteligencia como para determinar si entre nuestros trabajadores en Gaza y en Cisjordania se encuentran miembros de Hamas o de la Yihad Islámica o de cualquier otro grupo armado. La última vez que compartimos los datos fue en mayo del 2023 y no tuvimos ningún feedback, ninguna advertencia por parte de Israel de que alguno de nuestros trabajadores fuera miembro de Hamas.
¿Cuál es la otra investigación?
La otra que pedimos al secretario general de Naciones Unidas fue una investigación para que se pudiera demostrar si UNRWA es o no una agencia neutral. Todas las agencias de Naciones Unidas nos basamos en el principio de neutralidad y para trabajar en un conflicto tenemos que ser neutrales. No tenemos que estar a favor de ninguno de los actores implicados en el conflicto. Tenemos que estar ahí nada más que para servir a la población que por mandato tenemos la obligación de proteger. Esta investigación ha sido llevada a cabo por la exministra de Asuntos Exteriores de Francia, Catherine Colonna, y por tres instituciones noruegas. Y esta investigación ya ha concluido. Se ha presentado ya un informe preliminar al Secretario General de Naciones Unidas y por informaciones que ha publicado Catherine Colonna, ella concluye que UNRWA tiene las suficientes medidas y protocolos y políticas para garantizar su neutralidad y, evidentemente, siempre hay un margen de mejora en el que, tras las recomendaciones que nos hagan en este informe, que estará ya público a finales de este mes, pues pongamos en marcha otros protocolos o reforcemos las medidas que ya tenemos. Es decir, que con este informe de Catherine Colonna lo que se está diciendo es que UNRWA es una agencia humanitaria que lo que hace es trabajar por los refugiados de Palestina y mantenerse absolutamente neutral ante este conflicto. Yo creo que todo esto es lo que ha llevado a recapacitar a los países que tomaron la decisión de no financiar a UNRWA, para que ahora hayan confirmado la restitución de los fondos. Lamentablemente Estados Unidos ha aprobado recientemente una ley en la que se prohíbe financiar a UNRWA hasta marzo del 2025.