Fiel su estilo tipo "reality" el Presidente Donald Trump anunció a través de Twitter que John Bolton, su asesor de Seguridad Nacional, no trabajará más en su gobierno. "Anoche informé a John Bolton que sus servicios ya no son necesarios en la Casa Blanca. Estaba fuertemente en desacuerdo con muchas de sus sugerencias, al igual que otros en el gobierno, y por lo tanto le pedí a John su renuncia, que me fue dada esta mañana", escribió el Presidente republicano.
La salida de Bolton ha provocado gran sorpresa en Washington DC y ocurre días después de que se anunciara la cancelación del diálogo con los talibanes afganos. Conocido por sus bigotes, Bolton siempre ha cultivado un perfil polémico, primero por su estrecho vínculo con la invasión de Irak y luego por sus posturas sobre Irán, Venezuela, Cuba, Nicaragua y Corea del Norte, entre otros puntos problemáticos.
En Estados Unidos se comenta que el ahora ex asesor tiene un perfil de clásico burócrata de Washington, de retórica agresiva, que se burla de quienes lo contradicen y que, además, en su momento se transformó en "los oídos del Presidente Donald Trump" en temas de política exterior.
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Donald Trump y John Bolton. Foto: AFP[/caption]
Bolton siempre estuvo consciente de los desacuerdos con Trump y en una entrevista con la revista The New Yorker señaló: "El Presidente sabe cuál es mi postura en todos los temas, porque él me vio en Fox News. Uno sabe de antemano que los puntos de vista del Presidente no son siempre los tuyos. Cuando entras al gobierno, sabes que no vas a ganar todo". Además de Irán, otros de sus enemigos es Corea del Norte, que, a su juicio, Estados Unidos debería atacar. Así, en una columna publicada en febrero de 2018 en el diario The Wall Street Journal, creó un "caso legal para atacar a Norcorea primero", aludiendo que la "amenaza era inminente". "No deberíamos esperar hasta el último minuto", dijo.
"Un pequeño cabrón"
Bolton nació el 20 de noviembre de 1948, en el seno de una familia de clase trabajadora. Su madre era dueña de casa, mientras que su padre era bombero y un comprometido republicano, por lo que desde temprano Bolton adoptó esos valores. Su buen rendimiento académico le hizo ganar una beca en un internado. También gracias a una beca estudió en Yale.
Fue en su época universitaria cuando estalló la guerra de Vietnam. Si bien respaldó el conflicto, no se enlistó en el Ejército. En sus memorias de 2007, Surrender is not an option (Rendirse no es una opción) explicó que no participó en el conflicto vietnamita porque éste "ya se había perdido, por culpa de los liberales que habían evitado que Estados Unidos hiciera lo que tenía que hacer para ganar". "No iba a perder mi tiempo en una pelea inútil", sostuvo.
Tras graduarse de abogado en Yale, Bolton se instaló en Washington y comenzó a trabajar por la causa conservadora. En 1985 ingresó al Departamento de Justicia en pleno gobierno de Ronald Reagan. Desde entonces pasó décadas ejerciendo en agencias federales, aunque odiando cada minuto de su trabajo, señaló la revista The New Yorker.
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Foto: AFP[/caption]
En 2000 viajó a Miami para ayudar a que el entonces candidato de su partido, George W. Bush, ganara la Presidencia y su esfuerzo rindió frutos. En mayo de 2001 fue nombrado subsecretario para el Control de Armas y Asuntos de Seguridad Internacional. Apenas cuatro meses después ocurrió el atentado contra las Torres Gemelas. El entonces vicepresidente Dick Cheney abogaba por el uso del poder militar en el extranjero y esa idea Bolton la respaldó con entusiasmo. De hecho, fue uno de los promotores del falso argumento de que Irak tenía bombas de destrucción masiva. "Aún creo que la decisión de derrocar a Saddam (Hussein) era la correcta", dijo en 2015 en una entrevista con el Washington Examiner.
En marzo de 2005, Bush lo nombró como embajador ante Naciones Unidas, lo que fue interpretado como un desafío, considerando que Bolton siempre ha menospreciado al organismo. "No existe Naciones Unidas, hay una comunidad internacional que ocasionalmente puede ser liderada por el único poder real que queda en el mundo, que es Estados Unidos", dijo en una de sus primeras alocuciones en el organismo. The New Yorker señala que en ese cargo se construyó la reputación de ser "desagradable, pero culto". Su cargo solo duró hasta diciembre de 2006, cuando renunció luego de que los demócratas irrumpieran en el Congreso.
En su libro Fuego y furia, Michael Wolff dice que el nombre de Bolton siempre rondó en el equipo de Trump. Incluso el exasesor Steve Bannon instó a Trump para que lo contratara. "Él es un tirador de bombas. Un extraño pequeño cabrón, pero lo necesitas", le habría dicho Roger Ailes, fallecido ejecutivo de Fox, a Trump cuando era candidato. Y le hizo caso.