A medida que surgían informes de que los rebeldes sirios Hayat Tahrir al-Sham (HTS) se acercaban a Homs, la tercera ciudad más grande del país, decenas de miles de personas iniciaron la huida de la urbe. La llegada de los milicianos a Homs confirma que su ofensiva ha sido el avance más rápido por parte de cualquiera de las partes beligerantes en los casi 13 años de la guerra civil.
Poco más de una semana ha pasado desde que el grupo paramilitar lanzó una eficaz ofensiva relámpago que, este jueves, le valió la captura de Hama, al norte del país. Con ello, los rebeldes asestaron un segundo gran golpe al Presidente Bashar Assad, que la semana pasada perdió el control de Alepo.
Ante la eventual llegada a Homs, videos compartidos por los afectados mostraban carreteras copadas e inmovilizadas por la cantidad de vehículos que intentaban escapar de la ciudad. Según BBC, se trataba mayoritariamente de miembros de la minoría alauita -una rama del chiismo- a la que pertenece Assad.
Según el diario The WallStreet Journal, funcionarios de Egipto y Jordania instaron a Assad que abandonara el país y formara un gobierno en el exilio.
De hacerse con la ciudad, dijo a Al Jazeera Joshua Landis, profesor de la Universidad de Oklahoma, “cortaría la carretera principal que va desde Damasco... a Tartous y las ciudades costeras”, que es precisamente donde Assad disfruta del apoyo de la comunidad alauita.
“Sería la sentencia de muerte, creo, para la posibilidad que queda de que el ejército sirio consolide sus poderes y haga frente”, añadió el experto.
En la prensa libanesa e israelí aseguraron que un pequeño grupo de milicianos de Hezbolá, en guerra con Israel, cruzaron la frontera para apuntalar las defensas en la ciudad.
Los informes sobre el acercamiento de los rebeldes a Homs fueron publicados por el centro de operaciones conjuntas de los rebeldes, pero respaldados por el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (SOHR), un monitor de guerra con sede en el Reino Unido. Este viernes, Rami Abdel Rahman, jefe del grupo de monitoreo, señaló a la prensa que los combatientes del HTS estaban a cinco kilómetros “de las afueras de la ciudad de Homs”.
Según SOHR, aviones de guerra rusos habían bombardeado un puente en Rastan, una de las ciudades por las que ya pasaron los paramilitares, para tratar de frenar el avance rebelde.
No es el único lugar que se vio afectado por la guerra. En el este del país, las fuerzas kurdas aseguraron haber tomado Deir Ezzor, el bastión del gobierno en el desierto. En tanto, en el sur, Jordania decidió cerrar su frontera luego de que grupos armados locales recrudecieran la violencia en la zona. Ya en la noche circularon reportes de que la ciudad de Daraa había estaría en manos de los rebeldes.
La batalla también sería una prueba crucial para determinar si Rusia o Irán están dispuestos y son capaces de intervenir para apuntalar las desmoronadas defensas de Assad. La captura de Homs cortaría las rutas de contrabando entre Líbano y Siria, que son canales importantes para Hezbollah y sus aliados iraníes.
En una entrevista con la CNN, el líder del HTS, Abu Mohammed al-Jawlani, dijo que su ambición no era otra que la de derrocar al régimen. “Tenemos derecho a utilizar todos los medios disponibles para lograr ese objetivo”, dijo Jawlani. “Las semillas de la derrota del régimen siempre han estado dentro de él… Los iraníes intentaron revivir el régimen, ganándole tiempo, y más tarde los rusos también intentaron apuntalarlo. Pero la verdad sigue siendo la misma: este régimen está muerto”.
Orígenes del avance
Una serie de elementos se unieron para la situación actual:HTS y el Ejército Nacional Sirio (SNA) se beneficiaron de los conflictos vecinos, encontraron en Ankara a un mecenas oportunista, a lo que se sumó las recientes elecciones en Estados Unidos y el debi litamiento del régimen de Damasco debido a la guerra civil, las sanciones y la corrupción.
El HTS y el SNA habían estado entrenándose para tomar más control de Alepo, con la esperanza de conquistar más áreas del régimen y asegurar su enclave en Idlib de los bombardeos de la Fuerza Aérea Siria.
Según explicó la revista Newsline Magazine, Turquía permitió que se llevara a cabo la operación debido al fracaso de los intentos de negociación con Damasco. También por el deseo del Presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, de tener un mayor poder de negociación con la Casa Blanca entrante, dada la expectativa de que Donald Trump retire las fuerzas estadounidenses del noreste de Siria, como ha dicho. Y la perspectiva de que las milicias kurdas dominadas por el Partido de los Trabajadores del Kurdistán, o PKK, que operan bajo el paraguas de las Fuerzas Democráticas Sirias respaldadas por Estados Unidos, ya no representen una amenaza significativa en la puerta sur de Turquía mientras no estén protegidas por los F-16 estadounidenses desde el aire y los comandos estadounidenses desde el terreno.