Recorte de subsidios a los servicios básicos en Argentina: el primer dolor de cabeza para Massa
Aunque la administración de Alberto Fernández destacó la segmentación de tarifas, en general los anuncios del nuevo ministro de Economía fueron cuestionados por partidos y organizaciones sociales izquierdistas y peronistas que se han alejado del gobierno, así como por la oposición.
Los mercados reaccionaron el jueves con algunas señales positivas a las medidas del nuevo ministro de Economía de Argentina, Sergio Massa, para reducir el déficit fiscal, mientras que combativos grupos sociales cuestionaron su plan al considerar que implicará un fuerte ajuste y la oposición lo consideró impreciso y poco efectivo.
El peso se revalorizaba frente al dólar que cotiza en el mercado informal y mide la incertidumbre económica en la plaza local. La cotización de la divisa cerró a 291 pesos por unidad respecto de los 297 de la víspera. En tanto, el riesgo país descendió, mientras que los bonos argentinos en dólares mostraron ligeras bajas, contrarrestando las ganancias iniciales, consignó The Associated Press.
Analistas económicos consultados por la agencia de noticias dijeron que Massa -cercano a dirigentes empresariales y de aceitados contactos con Estados Unidos y organismos de crédito- parece mostrar un compromiso para recortar el gasto y cumplir la meta del 2,5% de déficit fiscal establecida para este año en un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional con el que Argentina refinanció una deuda de unos 45.000 millones de dólares.
“Da la sensación de que la vicepresidenta (Cristina Kirchner), en particular, se asustó con cómo cayeron las reservas en julio, cómo se disparó la inflación... El gobierno está más asustado y dispuesto a tomar medidas más impopulares”, dijo Camilo Tiscornia, director de C&T Asesores Económicos. Según el analista, lo “más sólido” de las medidas anunciadas por Massa fue un recorte de subsidios mayor al que se esperaba para la electricidad, que se expandiría a los servicios de gas y agua.
“No podemos seguir con un sistema en el que el que más gasta es quien más subsidio recibe”, dijo Massa al anunciar su plan económico el miércoles. Así, además de la eliminación del beneficio estatal para los hogares de “altos ingresos” definidos según la inscripción al formulario de registro para la segmentación tarifaria -puesta en marcha su antecesor, Martín Guzmán- que acaba de cerrar, y para aquellos que no se anotaron, habrá nuevos límites de consumo por encima de los cuales el Estado va a reducir la carga de los subsidios.
En el caso de la energía eléctrica, el Estado subsidiará los primeros 400 kilowatts/hora de consumo, y para la demanda restante habrá un alza de la tarifa. Eso incluye los cuatro millones de hogares que perderán los subsidios -porque no se anotaron en el registro de subvenciones o declararon “ingresos altos”, por lo que pueden afrontar los costos- y otros cinco millones que seguirán manteniendo la ayuda estatal, pero con un tope, indicó el diario Clarín. “Lo solicitaron nueve millones de hogares, el 80% gasta menos de 400 kilowatts/hora por mes. Hay cuatro millones de hogares de acuerdo al Indec (Instituto Nacional de Estadística y Censos) que no pidieron el subsidio”, precisó este jueves la portavoz de la Presidencia, Gabriela Cerruti.
Esta decisión de Massa, según el periódico, choca con la visión del kirchnerismo sobre las tarifas. Los especialistas del Frente de Todos sostienen que los hogares con menores ingresos no cuentan con acceso a la red de gas natural. Y que se calefaccionan con artefactos eléctricos. De esa manera, su consumo es elevado y habría que seguir cuidándolo.
También habrá mayores tarifas para el gas. Massa declinó explicarlo, aunque sí aclaró que habrá análisis por regiones. “En el caso del gas, la quita de subsidio seguirá la misma lógica, pero por regiones, partiendo de las diferencias climáticas y costo de distribución, así como también la estacionalidad”, dijo, sin más detalles.
Una estimación que maneja el sector es que se podría subsidiar un bloque de 500 metros cúbicos anuales. Y, a partir de allí, aplicar importes mayores a las boletas. La mirada del consumo “anual” contempla que la demanda sube mucho en invierno. Según Clarín, las “zonas frías” (como Patagonia u otros rincones con bajas temperaturas) podrían arrancar con un bloque subsidiado más alto.
Los incrementos finales serían del 85% para la tarifa de gas y en torno al 200% para la electricidad en el área metropolitana de Buenos Aires, indican las estimaciones del economista Nicolás Arceo, director de la consultora Economía Argentina, citada por el diario La Nación. Las actualizaciones serían bimestrales, hasta llegar a pagar la tarifa plena.
En el caso del agua potable, Massa dijo que la segmentación tarifaria comenzará en septiembre. Agua y Saneamientos Argentina (Aysa), la empresa de agua de Buenos Aires y el conurbano, tenía previsto un aumento del 32% en las boletas en dos tandas. Massa anunció que también aplicará allí la segmentación desde ese mes. Eso implica que la empresa -cuya titular es Malena Galmarini, esposa de Massa- podrá disponer de mayores cuadros tarifarios para hogares de ingresos medios y altos, indicó Clarín.
Críticas de piqueteros y la oposición
Un día después del juramento de Massa, Cerruti se refirió a las medidas económicas agrupadas en cuatro ejes que anunció el nuevo ministro de Economía. Destacó la segmentación de tarifas y remarcó: “Por haber sido demasiado baratos estamos muy acostumbrados a no registrar cuánto es lo que gastamos”, declaró.
Cerruti reveló que en el almuerzo entre el Presidente Alberto Fernández y Massa evaluaron el primer día tras los anuncios: “Recuperamos una cierta sensación de estabilidad y estaría terminando o habría pasado ese momento tan virulento de especulación que vivimos en las últimas semanas”.
Pero las palabras de Massa no cayeron bien entre los partidos y las organizaciones sociales izquierdistas y peronistas que se han alejado del gobierno y reclaman un incremento de los ingresos de los sectores empobrecidos, afectados por una inflación de más de 60% anual, una de las más altas del mundo.
“Massa es un hombre del establishment que trabaja para el gran capital, para los intereses que representan el pago de la deuda”, dijo a The Associated Press Eduardo Belliboni, dirigente del Partido Obrero. Según apuntó, el ministro “viene a rescatar de la crisis política al gobierno con el mismo método que nos llevó a este desastre de casi 50% de la población por debajo de la línea de pobreza”.
En la misma línea, el Frente Patria Grande, que lidera Juan Grabois, llamó a una reunión de urgencia este jueves para “rediscutir” su pertenencia al oficialista Frente de Todos, que el abogado y dirigente social cercano al Papa Francisco viene poniendo en duda desde hace tiempo. Grabois manifestó su molestia por los primeros anuncios de Massa, que, a su juicio, no tuvieron en cuenta a “los sectores sociales más postergados”. En ese sentido, ratificó su reclamo por “un ingreso mínimo de subsistencia” para aquellos “compatriotas en situación de indigencia y extrema vulnerabilidad”.
“Nos vemos en la situación de convocar al conjunto de la militancia del Frente Patria Grande para rediscutir la pertenencia de nuestros diputados, diputadas, legisladores y concejales al bloque oficialista”, explicaron desde esta agrupación a través de un comunicado. Grabois tiene tres diputados nacionales que le responden y su salida del bloque implicaría que el oficialismo deje de ser la primera minoría, ya que quedaría con 115 miembros contra los 116 del interbloque de Juntos por el Cambio.
Representantes de las organizaciones de izquierda nucleadas en el bloque de Unidad Piquetera, en tanto, se concentraron en la puerta del Ministerio de Economía para pedir una reunión con Massa, con el objetivo de “discutir la situación de los planes” sociales. El miércoles, como parte de los primeros anuncios como ministro, el funcionario confirmó que el gobierno avanzará en un reordenamiento de los planes sociales en un proceso que se desplegará durante los próximos 12 meses.
Por su lado, Juntos por el Cambio, principal fuerza de la oposición, señaló que “se realizaron anuncios muy generales y muy pocas medidas”, las cuales “no llegan a conformar un plan económico y tampoco constituyen un programa de estabilización de la economía, el cual es imprescindible y debe ser inmediato”.
Junto con cuestionar los anuncios de Massa, el espacio opositor advirtió: “Estamos frente a un gobierno que sigue en anarquía, sin un verdadero plan económico”. En un comunicado, Juntos por el Cambio sostuvo que “el problema de la economía sigue siendo el político, que el Frente de Todos no resuelve”.
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