Refugiados, desplazados y hambruna: El drama humanitario que amenaza a Siria
La caída de Al-Assad abre una posible vía de retorno para los 6,8 millones de refugiados sirios, a lo que se suman 7,2 millones de desplazados internos producto de la guerra civil. La ONU advierte sobre el deterioro de la situación humanitaria y el riesgo del hambre.
“Crearemos las condiciones adecuadas para garantizar un entorno seguro y estable para recibirlos”, decía en su mensaje de Telegram el mando militar de los rebeldes del Organismo de Liberación del Levante (HTS) este lunes, luego de que fuera derrocado el presidente sirio Bashar al-Assad, quien estuvo en el poder durante 14 años. La noticia de su caída fue recibida con júbilo por los sirios, tanto en el país como en el extranjero.
Durante más de una década, millones de sirios encontraron refugio en campamentos en Turquía, Líbano y Jordania. Ahora que HTS derrocó a Al-Assad, muchos de ellos están intentando regresar a casa. De hecho, la coalición insurgente islamista pidió este lunes a los millones de sirios que se vieron forzados a abandonar su país que regresen para “contribuir a la construcción del futuro”.
Antes de que la capital siria, Damasco, fuera capturada, los rebeldes ya habían tomado otras grandes ciudades, entre ellas Alepo y Hama. Ahora, con el control de los insurgentes en las grandes zonas del país, los sirios están sumidos en una nueva espiral de incertidumbre y temor respecto a qué sucederá ahora, pese a que en ciudades como Qamishli y Hasaka, en el noreste de Siria, las personas celebraban en las calles.
El derrocamiento del régimen de los Assad después de más de 50 años de brutal dictadura fue una “victoria para toda la nación islámica”, dijo Abu Mohammed al-Jolani, el líder del principal grupo rebelde, HTS, que se formó a partir de una filial de Al Qaeda. En Damasco, rebeldes y civiles saquearon los palacios del exlíder sirio y se difundieron videos que mostraban el lujoso estilo de vida de Assad y su gran colección de autos, entre ellos varios Ferrari F50.
La vulnerabilidad en cifras
Siria ya estaba atravesando una crisis humanitaria como consecuencia de la guerra civil que ya lleva 13 años en el país, en la que cerca del 90% de las familias sirias viven en la pobreza, según Naciones Unidas. Desde las revueltas populares de 2011, que derivaron en el conflicto civil, más de 14 millones de sirios se han visto obligados a dejar sus hogares, la mitad de ellos dentro de Siria.
Ello representa la “mayor crisis de desplazados” del planeta, según la ONU, que estima que el 70% de esas personas está en necesidad de ayuda humanitaria. Unos 7,2 millones de sirios se vieron desplazados de sus hogares en el interior del país, en su mayoría hacia zonas controladas por los rebeldes, mientras que 6,8 millones huyeron y se convirtieron en refugiados. Dicha organización también estima que más de la mitad de la población de Siria enfrenta una inseguridad alimentaria aguda.
En esa línea, el Programa Mundial de Alimentos (PMA) de dicha organización alertó en las últimas horas que, tras la caída de Al-Assad, “más de 1,6 millones de personas corren el riesgo de ser desplazadas” e instó a “proteger a los trabajadores humanitarios”. Los equipos del PMA en Siria “permanecen en la zona y brindan asistencia vital, a pesar de la escalada de la situación”, indicó la directora ejecutiva del PMA, Cindy McCain, en una publicación este domingo en la red social X.
“Como uno de los principales actores humanitarios sobre el terreno seguimos ampliando nuestra labor para garantizar que los alimentos lleguen a las personas necesitadas dondequiera que se encuentren”, aseguró McCain. En este contexto, la agencia de la ONU que se ocupa de la asistencia humanitaria y de alimentos “necesita urgentemente 250 millones de dólares para evitar que millones de personas en Siria caigan en el hambre”.
Según Adam Abdelmoula, coordinador Residente y Humanitario de la ONU, la situación humanitaria “sigue deteriorándose” y muchos de los desplazados “buscan refugio en el noreste y otros están atrapados en zonas de primera línea, sin poder escapar”. “Las víctimas civiles, incluidas mujeres y niños, siguen aumentando, lo que subraya la urgente necesidad de una acción humanitaria coordinada”, afirmó, instando a proteger a los civiles y a los trabajadores humanitarios.
Suspensión de solicitudes de asilo
En tanto, la situación para los 6,8 millones de refugiados (de los cuales 5,5 millones viven en los países vecinos de Turquía, Líbano, Jordania, Irak y Egipto), también pinta un panorama sombrío, dado que seis países ya anunciaron un cierre de puertas a los sirios. Este lunes, Austria, Alemania, Dinamarca, Suecia, Noruega y Turquía anunciaron que suspendieron las solicitudes de asilo. “A partir de ahora se detendrán todos los procedimientos (de asilo) en curso”, afirmó el Ministerio del Interior austriaco en un comunicado.
Austria fue el primer país en anunciar esta medida, seguido por Alemania, que detuvo la toma de decisiones en los procesos de asilo debido a la “incertidumbre actual” tras la caída de Al-Assad. Dinamarca también pospuso la tramitación de expedientes sirios y amplió los plazos de salida para posibles deportaciones, como parte de su política de asilo restrictiva. Suecia y Noruega, por su parte, emitirán un alto temporal en la evaluación de solicitudes de asilo para ciudadanos de Siria, citando la confusión en la situación en ese país.
Mientras que en Turquía, el ministro de Asuntos Exteriores, Hakan Fidan, declaró que millones de sirios desplazados por el conflicto en su país ahora pueden regresar a casa. En su intervención en el Foro de Doha, en Qatar, este domingo, Fidan dijo: “Millones de sirios que se vieron obligados a abandonar sus hogares ahora pueden regresar a su tierra”, añadiendo que “ha llegado el momento de unificar y reconstruir el país”. Turquía es uno de los mayores países de acogida de refugiados del mundo, con unos 3,2 millones de refugiados sirios registrados y miles más que no lo están.
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