Finalmente la Reina Isabel II de Inglaterra autorizó la solicitud del primer ministro británico, Boris Johnson, y suspenderá la sesión parlamentaria hasta el 14 de octubre, dos semanas antes de la fecha del Brexit.
El premier llegó la residencia de la monarca en Balmoral (Escocia) para discutir acerca de la medida que fue informada esta mañana por el número 10 de Downing Street durante esta jornada.
[caption id="attachment_800202" align="alignnone" width="640"]
Foto: Privy Council vía AP[/caption]
Con el visto bueno de la Reina, los diputados, que regresan de sus vacaciones estivales el 3 de septiembre, tendrán menos tiempo para intentar cualquier iniciativa destinada a evitar un Brexit sin acuerdo el 31 de octubre.
La orden de la Reina Isabel II señala que "no antes del lunes 9 de septiembre y no después del jueves 12 de septiembre de 2019 y hasta el lunes 14 octubre de 2019" se despachen "los temas urgentes e importantes".
La declaración pública del gobierno británico indicaba que "la decisión de poner fin a la actual sesión parlamentaria -la más larga en casi 400 años y una de las menos activas en los últimos meses- permitirá al primer ministro poner un nuevo programa nacional ante los diputados para su debate y escrutinio".
También garantizará "que haya tiempo suficiente antes y después del Consejo Europeo (del 17 y 18 de octubre) para que el Parlamento siga examinando las cuestiones de Brexit", agrega el documento.
La medida tomada por el premier británico causó indignación en el vocero de la Cámara de los Comunes, John Bercow, y el líder opositor, Jeremy Corbyn, entre otros parlamentarios quienes ya han expresado su rechazo a la estrategia de la autoridad de británica.
"Este movimiento representa un escándalo constitucional", indicó el speaker del parlamento británico al ser consultado por la prensa por la información publicada por el número 10 de Downing Street este miércoles.
Por otro lado, Diane Abbott, portavoz de Interior del Partido Laborista ha dicho que esta medida representa "un golpe contra el Parlamento" porque le arrebata la voz al pueblo —a través de sus representantes— respecto al Brexit.
El líder opositor Corbyn -quien tenía previsto presentar una moción de censura como última recurso para evitar un Brexit duro- indicó que la iniciativa de Johnson es una "amenaza a la democracia".
Además, desde del Partido Liberaldemócrata, reaccionaron con indignación ante este nuevo escenario: "Cerrar el Parlamento sería un acto de cobardía por parte de Boris Johnson. Sabe que el pueblo no elegiría un Brexit sin acuerdo y que sus representantes electos no lo permitirían. Está tratando de sofocar sus voces", señalaron a través de una declaración pública.
Desde el Partido escocés SNP, anunciaron que recurrirán a los tribunales e incluso calificaron al primer ministro británica como un "dictador".
Incluso el exministro de Economía de Theresa May, Philip Hammond, se sumó a la críticas de vocero de la Cámara de los Comunes añadiendo que la estrategia de Johnson es "profundamente antidemocrática".