Después de iniciar la inmunización a gran escala con la vacuna de los laboratorios Pfizer/BioNTech el 8 de diciembre, el lunes Reino Unido volvió a ser pionero en Europa -pese al reciente divorcio comunitario- al convertirse en el primer país que comenzó a utilizar la inoculación desarrollada por AstraZeneca y la Universidad de Oxford, que contará inicialmente con 530 mil dosis distribuidas en un “pequeño número de hospitales con fines de vigilancia” antes de ser distribuida a nivel nacional.

Horas después del lanzamiento de la segunda vacuna contra el Covid-19, el primer ministro británico, Boris Johnson, confirmó la gravedad de la situación epidemiológica tras una semana consecutiva con más de 50 mil nuevos casos diarios, al ordenar el tercer confinamiento y el más duro para Inglaterra desde marzo, que estará vigente hasta al menos mediados de febrero. “Tenemos que hacer más, juntos, para poner esta nueva variante bajo control mientras distribuimos nuestras vacunas”, afirmó en un breve mensaje a la nación, en el que reiteró que la consigna es “quedarse en casa”. “Las próximas semanas serán las más duras hasta ahora”, advirtió después que de Escocia hiciera lo propio.

Las nuevas restricciones -que llegan en momentos en que el sistema de salud muestra señales de colapso- anulan los niveles de alerta por zonas en vigor. Solo se podrá salir de casa en cinco casos: trabajo si no se puede teletrabajar, compra imprescindibles, una vez al día para hacer ejercicio cerca de casa, para cuidar o ayudar a personas vulnerables o por motivos sanitarios o huir de una amenaza de daño o violencia. Colegios, institutos y universidades funcionarán de forma telemática a partir de este martes y las escuelas infantiles podrán seguir funcionando, aunque respetando los grupos burbuja.

Los británicos están siendo golpeados por la segunda ola del virus, y tras las fiestas de fin de año las cifras se elevan a más de 2,7 millones de contagiados y 75 mil fallecidos en el país. Aún con los críticos datos, Reino Unido es uno de los países más adelantados en la vacunación. Según Our World in Data, que recopila datos oficiales de los gobiernos, hasta el lunes se habían inoculado 944 mil pesonas.

Sin embargo, la esperanza ante la llegada de las primeras dosis de vacunas contra el virus en diciembre a la Unión Europea (UE) se ha transformado en un dolor de cabeza para el bloque debido a los retrasos y críticas por la gestión en la compra de los fármacos. Además, los cuestionamientos llegaron a EE.UU., que no logró cumplir con el plan de 20 millones de inoculados antes de fines de año, lo que representa la primera serie de dificultades de las campañas en el mundo. Al 31 de diciembre, solo 2,8 millones de estadounidenses recibieron la primera dosis.

Por una parte, las naciones más adelantadas con la vacunación estarían ad portas de quedarse sin dosis disponibles para continuar con el proceso, mientras otros, como Francia, han visto problemas desde su distribución inicial.

Por esto, una solución temporal para el gobierno británico fue atrasar la segunda dosis para que sea inyectada no de 3 a 4 semanas después de la primera, sino 12 semanas. Según The Guardian, Alemania y Dinamarca evalúan seguir los pasos para postergar la segunda dosis, lo que permitiría usar las disponibles en otros usuarios.

Atrasos, filas y colapsos

A la fecha, la UE selló seis contratos para acceder a vacunas, con Moderna, AstraZeneca, Sanofi-GSK, Janssen, CureVac y Pfizer/BioNTech. Pero algunos gobiernos denuncian una demora extra de las agencias reguladoras europeas para aprobar los medicamentos y un error en la Comisión Europea (CE) al “no asegurar el suministro suficiente para todos”.

El director ejecutivo de BioNTech, Ugur Sahin, señaló a Der Spiegel que debido a la “carencia de otras vacunas aprobadas, tenemos que llenar un vacío con nuestra vacuna”. Ante la urgencia de los países de la UE para adquirir más dosis, Pfizer acordó suministrar 100 millones de dosis adicionales. En tanto, el miércoles Moderna recibiría la autorización europea.

Una semana después del puntapie inicial de la inoculación en la UE, menos de 500 franceses han recibido la primera dosis, lo que causó molestia en el Palacio del Elíseo, que programó inocular a “26 millones de franceses antes del verano”. El retraso se debería a los feriados de fin de año y a una “excesiva burocracia”, ya que cinco días antes de ser vacunado, la persona debe realizarse un examen médico y rellenar un formulario de consentimiento.

Según The Washington Post, a pesar de los meses de anticipación, el lanzamiento de la vacuna en EE.UU. estuvo marcado por un colapso en las páginas web de inscripción y con filas de ancianos que pasaron la noche en campamentos improvisados. Alemania, aseguró que pese a los problemas puntuales al principio de la campaña, durante enero “todas las personas” de hogares de ancianos o residencias de cuidados especiales, así como los mayores de 80 años recibirán las primeras dosis. El ministro de Salud germano Jens Spahn, aseguró ayer que todo el que quiera podrá vacunarse a más tardar en el segundo trimestre de este año.