El relator especial de Naciones Unidas sobre el derecho a la alimentación, Michael Fakhri, ha instado a la comunidad internacional a sancionar y aislar “por completo” al Gobierno israelí hasta que “detenga el genocidio contra el pueblo palestino” y ha lamentado que “algunos países occidentales (le) den cobertura política y apoyo” pese a la situación en los territorios palestinos.
“Están matando ciudadanos en la Franja de Gaza y niños están muriendo de hambre frente al mundo, y algunos países occidentales se están coordinando con la administración estadounidense para observar lo que está sucediendo en Palestina sin hacer nada, y por lo tanto hay una régimen racista que es superior a la humanidad que el pueblo palestino necesita”, ha denunciado Fakhri en una entrevista recogida por la agencia Wafa.
El relator ha señalado la responsabilidad del “régimen político estadounidense”, que -a su juicio- “se niega a liberar Palestina, independientemente del partido gobernante”, y le ha reprochado que ejerza su derecho a veto en el Consejo de Seguridad de la ONU para evitar que se tome acción contra Israel, impidiendo la adopción de cualquier medida “para detener el genocidio contra los palestinos”.
“La esperanza política ahora recae en la Asamblea General de Naciones Unidas”, ha agregado, alertando de la situación de hambruna que ha desencadenado en la Franja la ofensiva israelí, “destruyendo primero el sistema alimentario antes de impedir la entrada de camiones de ayuda alimentaria y atacando a pescadores, pastores de ovejas y agricultores”.
Así las cosas, Fakhri ha reconocido su frustración ante “la falta de medidas disuasorias contra Israel”, que “no ha enfrentado ninguna presión externa”, y ha hecho hincapié en “la necesidad de que Naciones Unidas ponga fin al uso del hambre como arma en todo el mundo”.
Estas declaraciones llegan después de que la comisión independiente de la ONU que examina las situación de los Territorios Palestinos haya concluido también este viernes que todos los países están “obligados” a “no reconocer las reivindicaciones territoriales o soberanas” realizadas por Israel sobre las zonas que actualmente mantiene “ocupadas” y, de hecho, deben trabajar para ponerle fin.
En este sentido, ha recordado que la “responsabilidad estatal” incumbe no sólo a Israel sino al conjunto de la comunidad internacional, razón por la cual ningún otro país debería reconocer a Jerusalén como capital del Estado israelí o trasladar a esta ciudad embajadas, en la medida en que el futuro de la Ciudad Santa está pendiente.
Al menos 42.500 personas han fallecido en la Franja de Gaza víctimas de la ofensiva militar lanzada por Israel hace más de un año, en respuesta a los atentados perpetrados por el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) el 7 de octubre y que se saldaron con unos 1.200 muertos y cerca de 250 secuestrados.
Además, según el Ministerio de Sanidad gazatí, vinculado a Hamás, la cifra de heridos supera los 99.500, aunque las autoridades sospechan que los datos de víctimas son mayores porque puede haber personas bajo los escombros o en zonas inaccesibles.
Entre las víctimas se encuentra el principal líder del grupo islamista, Yahya Sinwar, fallecido durante un combate con el Ejército israelí. Tras su muerte, la comunidad internacional espera que ahora se retome el diálogo para un alto el fuego que permita, entre otras cosas, la liberación de los rehenes que siguen cautivos en la Franja y la entrada de ayuda humanitaria.