Tres años después de que el referéndum del Brexit forzara la renuncia de su predecesor, David Cameron, Theresa May terminó tirando la toalla. Con lágrimas en los ojos y una emoción que al final apenas podía controlar, la primera ministra se dirigió hoy a los británicos a las puertas del 10 de Downing Street en una mañana soleada para anunciar su dimisión como líder del Partido Conservador de Reino Unido, enfatizando que "lamenta y siempre lamentará profundamente no haber podido cumplir el resultado del referéndum e implementado el Brexit".

"Lo intenté hasta tres veces. Creí que perseverar era lo correcto, a pesar de tener todo en contra. Ahora ya me ha quedado claro que lo mejor para el interés del país es que sea un nuevo primer ministro quien lidere este esfuerzo", dijo May. "Para alcanzar su propósito, él o ella (su sucesor) deberá encontrar el consenso en el Parlamento que yo no pude encontrar", agregó. Solo al final del discurso, en la última frase, no pudo evitar el llanto al expresar su "enorme agradecimiento por haber tenido la oportunidad de servir al país que amo".

Incapaz de manejar la salida de Reino Unido de la Unión Europea, May hará efectiva su dimisión el próximo 7 de junio para poder recibir con relativa normalidad al Presidente de EE.UU., Donald Trump, quien tiene previsto realizar una visita oficial al país entre el 3 y el 5 de junio. Así, se mantendrá como primera ministra interina mientras da tiempo al Partido Conservador a poner en marcha una competición por su sucesión que se podría prolongar por unas seis semanas.

Se espera que el 10 de junio, tres días después de la dimisión de May, comience la campaña de los tories en busca de su reemplazante. En torno a una decena de candidatos aspiran a sucederla.

Para postular se requiere contar con el apoyo de dos diputados. Los que hayan conseguido sumar apoyos, formarán la lista final de candidatos. Tras una serie de votos de los parlamentarios, la nómina debe quedar reducida a dos nombres. En la siguiente votación, todos los miembros del partido -que cuenta con 125.000 afiliados- eligen entre estos dos finalistas. El encargado de proclamar al sucesor es el presidente del Comité 1922, que también define el calendario de la sucesión. Así, el proceso puede prolongarse hasta fines de julio, aunque el Brexit podría acelerar los trámites. El ganador se convierte automáticamente en líder de los conservadores y primer ministro.

El favorito, según todas las encuestas, es el excanciller y exalcalde de Londres, Boris Johnson. Aunque puede tener un gran apoyo entre las bases del partido, su popularidad entre los parlamentarios tories es más silenciosa, advierte CNN. Según el sitio web conservativehome.com, el actual secretario de Asuntos Exteriores, Jeremy Hunt, goza de un mayoritario respaldo entre los miembros del Parlamento: 27, en comparación con los 19 de Johnson.

Hunt contribuyó a acelerar la partida de May al mantener conversaciones privadas con ella el jueves, asegura CNN. Aunque no le dijo directamente que renunciara, señaló que no tenía ninguna esperanza de aprobar su nuevo acuerdo del Brexit a principios de esta semana. Además de Johnson y Hunt, el diario The Guardian sitúa al exministro del Brexit, Dominic Raab, como otros de los candidatos que corre con ventaja para reemplazar a May.

Mientras, el calendario para la salida de Reino Unido de la UE seguirá avanzando. La fecha impuesta por Bruselas para el Brexit -prevista en un principio para el 29 de marzo- es el 31 de octubre.

Sin embargo, nada sobre el papel descarta que Londres vuelva a solicitar una prórroga si los diputados británicos continúan rechazando el acuerdo de salida, aunque el primer ministro holandés, Mark Rutte, afirmó en abril que si Reino Unido no ha encontrado una solución el 31 de octubre será "mucho más difícil" concederle una nueva prórroga, puesto que habrá tenido seis meses adicionales para ello.

Nadie sabe cómo el posible sucesor de May podrá dar la vuelta a unas negociaciones complejas que la ahora saliente premier tardó tres años en sacar adelante, y los más pesimistas vuelven a pensar que Reino Unido se dirige hacia un Brexit duro, hacia una salida desordenada de la UE que puede traer al país consecuencias económicas nefastas, según destaca el diario El País.

La previsible victoria del Partido del Brexit del nacionalista Nigel Farage, en las elecciones europeas celebradas el jueves en Reino Unido, aumenta la posibilidad de una ruptura total con la UE sin acuerdo. Incluso, el propio Boris Johnson se inclinó hoy por esta última opción. "Nos iremos (de la UE) el 31 de octubre, con o sin acuerdo. Y el modo de lograr un buen acuerdo es prepararse para la posibilidad de que no lo haya", dijo el político conservador en Interlaken (Suiza).

Aunque Johnson sostiene que "un nuevo líder tendrá la oportunidad de hacer las cosas de un modo diferente y aprovechar el impulso de un nuevo gobierno", el jefe de la oposición, el líder laborista Jeremy Corbyn, reclamó de inmediato que el sucesor de May convoque elecciones, "porque no será capaz de resolver el problema".

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