El ministro de Hidrocarburos de Bolivia, Luis Alberto Sánchez, el ministro de Minería, César Navarro. y el presidente de la Cámara de Diputados, el oficialista Víctor Borda, renunciaron este domingo a sus cargos, en medio de la crisis patente tras las recientes elecciones generales.
"Hoy más que nunca necesitamos que el país regrese al camino de la paz social y de la unidad. Pensando en el bien nacional y el respeto a la vida, hago pública mi renuncia irrevocable al cargo de Ministro de Hidrocarburos", escribió Sánchez en Twitter.
El ahora exministro acompañó su mensaje con una fotografía de la carta enviada al presidente boliviano, Evo Morales, en la que señala que la situación actual, "marcada por la confrontación y la violencia entre hermanos bolivianos, no es el camino" que conduzca a hallar una solución para pacificar al país.
"En este sentido, el curso de los acontecimientos va en contra de mis principios personales, así como de mis valores espirituales y democráticos, y me impiden, por tanto, continuar a la cabeza de la cartera de Estado que dirijo", manifestó Sánchez.
Por ello, resolvió renunciar de forma irrevocable al cargo, agradeció a Morales por la confianza que le tuvo para dirigir ese ministerio y pidió a Dios que ilumine al mandatario y a todos los actores políticos y sociales para que la paz retorne al país.
Por su parte, Borda confirmó su renuncia en contactos telefónicos con diversos canales privados de televisión en los que lamentó que su hermano habría sido tomado como rehén por una turba en la ciudad andina de Potosí, donde en esta jornada han sido incendiadas su casa y la del ministro de Minería, César Navarro.
Navarro fue el primer ministro en dimitir en esta jornada tras denunciar la quema de su vivienda y el intento de toma de la de su madre en Potosí.
"Es un hecho que no tiene explicación, cómo el discurso general de bronca, de odio está derivando en estos actos de violencia incontrolables", cuestionó Navarro.
En las últimas horas se han conocido también sendas renuncias de parlamentarios oficialistas, mayormente potosinos, mientras que en la víspera también dimitió un gobernador y dos alcaldes del oficialista Movimiento al Socialismo (MAS).
Los conflictos en Bolivia surgieron desde que el día después de los comicios del pasado 20 de octubre comenzaron las sospechas de manipulación de votos para favorecer la reelección de Morales para un cuarto mandato hasta 2025.
El órgano electoral dio vencedor al mandatario, pero la oposición y comités cívicos denuncian fraude a su favor, exigen su renuncia y nuevos comicios.
La Organización de Estados Americanos (OEA) recomendó este domingo celebrar "otro proceso electoral" en Bolivia al evidenciar "irregularidades" que le impidieron validar la votación.
Tras ese anuncio, Morales anunció a los medios que habrá nuevos comicios y que cambiará a los miembros del Tribunal Supremo Electoral, pero los sectores movilizados en su contra insisten en que debe renunciar.