A las 18 horas de este domingo se cerraron las mesas y comenzó el conteo de votos para definir quién será el próximo presidente de Argentina, tras unas reñidas elecciones caracterizadas por la apatía de la población ante la evidente crisis inflacionaria.
Aunque los primeros resultados del escrutinio se conocerán después de las 21:00 horas, algunos medios y portavoces de los candidatos destacaron que habría una segunda vuelta electoral entre el actual ministro de Economía, Sergio Massa, y el ultraliberal Javier Milei, quien propone dolarizar la economía y eliminar el banco central.
Tras varios años de crisis económica, el hastío de la población con los políticos tradicionales encumbró al libertario Milei, quien había resultado ganador de las primarias de agosto y ahora competía cabeza a cabeza con el peronista Massa, y la exministra de Seguridad, Patricia Bullrich.
“La gente ha escuchado discursos racionales durante toda su vida de distintos dirigentes. Entonces ahora no están pretendiendo escuchar grandes ideas, ideas muy racionales. Ahora lo que quieren es que cambie. ¿Cómo? No tienen ni idea, pero quieren que cambie”, dijo a la agencia Reuters Federico Aurelio, presidente de la consultora Aresco.
El futuro presidente deberá lidiar con una economía en estado crítico: la inflación alcanzó el 138% anual, la pobreza llegó al 40% y las arcas del banco central se encuentran vacías. Además, tendrá que afrontar una deuda de 44.000 millones de dólares contraída en 2018 con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
En ese contexto, el principal sustento de La Libertad Avanza, el partido fundado por Milei -excéntrico economista que se desempeñaba como comentarista en programas de TV-, son los jóvenes.
En medio de la prolongada crisis, la iniciativa de Milei de dolarizar la economía profundizó en las últimas semanas las turbulencias financieras del país, que podrían volver a impactar sobre el peso doméstico tras los comicios.
En contraste, Massa, quien asumió la cartera económica el año pasado en medio de una tormenta financiera que no logró aquietar, ha propuesto reducir el déficit fiscal para proteger al peso, mientras intenta defender el modelo de intervención estatal de su coalición de centroizquierda Unión por la Patria.
La situación de Bullrich tal vez asome como la más compleja: ferviente opositora al peronismo en el poder, ha debido guardar el lugar de la moderación y la gobernabilidad que ofrecería su alianza de centroderecha Juntos por el Cambio, en contraste con las propuestas radicales de Milei.
Para evitar el balotaje, el ganador de las elecciones debe obtener más del 45% de los votos o del 40% y una diferencia de al menos 10 puntos porcentuales sobre el segundo, escenario que ningún postulante parece estar en condiciones de lograr.