“Aunque tenemos diferencias políticas, sé que Joe Biden es un buen hombre que se ha ganado la oportunidad de unir y liderar nuestro país”, decía la declaración que difundió el domingo el expresidente George W. Bush, el último mandatario republicano antes de la llegada de Donald Trump, felicitando al demócrata por su triunfo.
Bush vivió la elección más disputada de la historia de Estados Unidos. El republicano ganó la Presidencia en 2000 tras imponerse por 537 votos en Florida frente al demócrata Al Gore. Las evidencias de errores en las papeletas de ese estado desataron una batalla que llegó hasta el Tribunal Supremo. Luego de más de un mes, el tribunal paró el recuento de votos y entregó la Presidencia a Bush.
Estos son parte de los antecedentes que pretende utilizar Trump para cuestionar el conteo que le dio la victoria a su contrincante en varios estados clave. Aunque en casi una semana no ha conseguido evidencia que sostenga sus acusaciones, ha mantenido su teoría y se ha negado a aceptar el resultado.
“Pedimos a todos los estadounidenses que se unan a nosotros para desear lo mejor a nuestros próximos Presidente y vicepresidenta mientras se preparan para hacerse cargo de sus importantes obligaciones”, concluyó Bush en su declaración, asegurando que, pese a que Biden es demócrata, se había comprometido a gobernar para todos.
El exmandatario no ha sido el único republicano en reconocer la derrota de Trump. Además de un puñado de miembros de la Cámara de Representantes, gobernadores y exgobernadores, el senador Mitt Romney, de Utah, apoyó al ganador al señalar a través de Twitter que Biden y Harris son “personas de buena voluntad y carácter admirable”. El republicano, quien se postuló contra Barack Obama en 2012, agregó que rezaría “para que Dios los bendiga en los días y años por delante”.
Lisa Murkowski, senadora republicana por Alaska, quien dijo en junio que estaba “luchando” para decidir si votaba por Trump, también felicitó al Presidente electo y dijo que estaba “lista para trabajar con su administración cuando asuma el cargo”.
Sin embargo, importantes figuras del Partido Republicano han decidido sumarse a las acusaciones de Trump. Los senadores Lindsey Graham, de Carolina del Sur, y Ted Cruz, de Texas, junto a Kevin McCarthy, líder republicano de la Cámara de Representantes, dejaron claro su apoyo al mandatario en una aparición en Fox News. “Tenemos que dejar que se desarrolle el proceso legal y, cuando termine, en cuestión de semanas, sabremos el resultado”, dijo Cruz.
Graham fue más agresivo al asegurar que “el Presidente Trump no debe conceder la derrota”.
Mientras tanto, varios líderes y legisladores republicanos -entre ellos el vicepresidente Mike Pence- se han abstenido de comentar sobre la victoria de Biden, lo que deja a Trump luchando contra los resultados de las elecciones sin el apoyo de gran parte de su partido.
Sus partidarios, en tanto, han mostrado su apoyo al mandatario manifestándose con pancartas en distintos puntos del país.