El viernes, Pfizer y BioNTech advirtieron sobre un posible retraso en los próximos cargamentos de vacunas debido a un descenso en la capacidad de producción de su planta en Puurs, Bélgica, que duraría “de tres a cuatro semanas”, que después redujeron a una. Aunque las empresas han intentado minimizar el problema, los gobiernos ya enfrentan las consecuencias.

Las autoridades de Austria ya habían sido criticadas por la lentitud en el proceso de vacunación, y el nuevo retraso no ayudará a calmar los ánimos. El país tiene en este momento un 20% menos de vacunas de lo que se esperaba para enero.

“Tenemos que adaptar nuestra estrategia. Para nosotros, cada semana cuenta”, dijo el canciller austriaco, Sebastian Kurz. El gobierno espera que el ritmo de vacunación se recupere en febrero.

Los trabajadores médicos esperan en una estación de inoculación durante un programa de vacunación masiva para trabajadores de la salud contra la enfermedad del coronavirus en Viena, Austria, el 15 de enero de 2021. REUTERS / Lisi Niesner

Alemania presionó el lunes a la farmacéutica estadounidense para que cumpla “con los plazos y las cantidades acordadas”. El ministro de Salud alemán, Jens Spahn, lamentó el “muy corto plazo” en el que avisaron sobre el retraso, señalando que los gobiernos necesitan “previsibilidad”.

En Italia, la campaña de vacunación contra el coronavirus iniciada el pasado 27 de diciembre también sufrirá importantes retrasos esta semana por la demora de la farmacéutica en la entrega de la vacuna.

Según el diario italiano La Stampa, hasta el lunes sólo habían llegado al país 48 mil de las 397 mil dosis previstas para la semana. Este martes debían llegar 53.820 y este miércoles las 294.840 dosis restantes.

Nicola Magrini, director de la Agencia Italiana de Medicamentos (AIFA) dijo que veían con “grave preocupación” la llegada de esta información “a último minuto”. Sin embargo, el experto aclaró a Radio Capitale que si el atraso “es de sólo una semana, las consecuencias podrían no ser tan serias”.

Mientras se soluciona el problema de escasez, las regiones pidieron al gobierno italiano que estableciera un “plan de solidaridad” para que aquellas zonas que tengan más dosis disponibles las distribuyan a quienes deben aplicar la segunda dosis y tienen menos cantidad.

Una caja que contiene viales de la vacuna Moderna COVID-19 se ve en el Instituto Nacional de Salud de Italia antes de ser implementada en todo el país, en medio del brote de la enfermedad por coronavirus, en Roma, Italia, el 12 de enero de 2021. Istituto Superiore di Sanita / Folleto vía REUTERS

El mismo problema se vive al otro lado del Atlántico. El subsecretario de Salud de México, Hugo López-Gatell, anunció el lunes que la primera fase de vacunación de personal sanitario se retrasaría hasta el 15 de febrero.

La razón que entregó fue que la farmacéutica Pfizer enviará la mitad los lotes previstos para este mes, debido a unas obras de ampliación que están llevando a cabo en su planta de Bélgica, con las que pretenden cuadruplicar su producción para satisfacer la alta demanda del fármaco. A través de esta mejora, el laboratorio pretende pasar de fabricar 1.300 millones de vacunas anuales a 2.000 millones.

López-Gatell aclaró que la cantidad de vacunas que llegará a México será la misma, pero que serán enviadas más tarde de lo acordado. Así, la autoridad señaló que los cargamentos que iban a ser entregados el 25 de enero y el 2 y 9 de febrero, serán entregados el 15 de febrero, admitiendo que “hay personal que deberá esperar 28 días para la segunda dosis”.

Un miembro de seguridad monta guardia mientras el avión con un lote de dosis de la vacuna Pfizer-BioNTech está estacionado en el Aeropuerto Internacional Benito Juárez, en la Ciudad de México, México, enero 19 de febrero de 2021. REUTERS / Henry Romero

De un total de 32 entidades federativas, 27 ya han gastado el 95% de las vacunas que les fueron asignadas.

Para garantizar el acceso a las inyecciones pese a los retrasos de Pfizer, Argentina enviará a México el activo para producir cerca de un millón de dosis de la vacuna de AstraZeneca, que llegará este miércoles. La ventaja de esta alternativa es que no sólo es más barata, sino también más fácil de almacenar y transportar que la fabricada por Pfizer.

Pfizer y BioNTech señalaron que “aunque esto afectará temporalmente los envíos de fines de enero hasta principios de febrero, permitirá un aumento significativo en las dosis disponibles para los pacientes a fines de febrero y marzo”. El retraso afectará a todos los pedidos de Pfizer, a excepción de Estados Unidos, ya que el mercado estadounidense es abastecido por la planta de fabricación ubicada en Kalamazoo, Michigan.