Diplomáticos rusos trazaron un plan secreto para tratar de evacuar al activista australiano Julian Assange de la embajada de Ecuador en el Reino Unido, donde permanece refugiado desde 2012, afirmó hoy el diario británico "The Guardian".

Según el citado medio, el plan contemplaba sacar a Assange del edificio que acoge la embajada ecuatoriana en la capital británica el día de Nochebuena de 2017 en un coche diplomático y trasladarlo a otro país, entre los que se estudió Rusia o Ecuador.

Sin embargo, la operación de rescate fue abortada finalmente apenas unos días antes de la fecha señalada, indicó "The Guardian", por ser "demasiado peligrosa".

Las fuentes consultadas por el periódico aseguraron que el plan de escape implicaba la entrega a Assange de documentos que avalaran que gozaba de inmunidad diplomática, y que el Gobierno ruso habría estado dispuesto a ofrecer su apoyo para llevarlo a cabo.

Dos de los implicados en la confabulación habrían sido, sostiene "The Guardian", el exdirector de la Agencia de Inteligencia Ecuatoriana, Rommy Vallejo, y el cónsul de Ecuador en Londres y hombre de confianza de Assange, Fidel Narváez, quien negó cualquier implicación en esas supuestas conversaciones secretas.

Assange, de 47 años y nacido en la ciudad australiana de Townsville, no ha abandonado la legación diplomática desde 2012 por temor a que las autoridades británicas lo deporten a Estados Unidos, donde podría ser juzgado por la publicación de documentos militares y diplomáticos de carácter confidencial.

Se estima que las autoridades británicas han gastado 22 millones de libras (unos 24 millones de euros) en la vigilancia de la embajada, ya que si Assange sale, será inmediatamente detenido.

El fundador del portal WikiLeaks, que obtuvo la nacionalidad ecuatoriana en 2017, era requerido desde 2010 por las autoridades suecas debido a las acusaciones de dos mujeres por violación, que él niega, pero Suecia archivó en 2017 la causa al no poder avanzar en la investigación.

El 28 de noviembre de 2010, WikiLeaks comenzó a difundir miles de documentos con información comprometedora sobre la actuación de Washington en los conflictos armados en Afganistán e Irak y las comunicaciones de su servicio diplomático en todo el mundo.