El rey emérito español, Juan Carlos I, que se fue de España por sus múltiples casos judiciales y vive en Abu Dhabi, le aseguró a su biógrafa francesa que sufrió “muchas presiones” para irse de su país, informó este jueves la revista francesa Paris Match.

En una serie de entrevistas con la escritora Laurence Debray, que se publicarán en forma de libro biográfico en Francia el 6 de octubre, el monarca explica que decidió irse de España para “no molestar a la corona”.

“Sufrí muchas presiones”, asegura en estas entrevistas en francés y cuyos fragmentos publica Paris Match en su edición de esta semana.

Al ser preguntado sobre un posible regreso a su país, prefirió no pronunciarse: “No lo sé. Algunos están muy contentos de que me fuera”, respondió a Laurence Debray, hija del intelectual francés Régis Debray.

Juan Carlos, de 83 años, se fue de España el 3 de agosto de 2020 y se instaló con todas las comodidades en Emiratos Árabes Unidos.

En la carta con la que anunció la sorprendente decisión, dijo que la tomó para “facilitar” el ejercicio de las funciones de su hijo, el monarca Felipe VI, “ante la repercusión pública que están generando ciertos acontecimientos pasados de mi vida privada”.

En la justicia

El rey emérito está siendo investigado por la justicia española y suiza por múltiples escándalos financieros.

Sobre todo, es investigado por haber cobrado una comisión de 65 millones de euros por la construcción en 2011 de una línea ferroviaria de alta velocidad en Arabia Saudí.

Hasta ahora, Juan Carlos no ha sido imputado por ningún delito, pero estas investigaciones mancharon aún más la imagen del rey emérito, que abdicó en 2014 por la indignación generada tras las revelaciones de su vida privada y de los casos de corrupción de la familia real.

A pesar de ser objeto de varias investigaciones judiciales, el rey emérito vive alejado de los focos mediáticos en la isla paradisíaca de Nurai y prácticamente no concedió ninguna entrevista tras su controvertida decisión.

Felipe VI se distanció de Juan Carlos y le retiró su asignación anual, de unos 200.000 euros (231.690 dólares), tras haber renunciado a la herencia de su padre.

Debray, que ya había publicado antes otro libro sobre el monarca, describe al rey emérito como un hombre nostálgico y aislado.

Según ella, su hijo no le llamó ni siquiera para felicitarle en su último cumpleaños.