En 2012, cuando los demócratas se reunieron para nominar al Presidente Barack Obama para un segundo mandato, Bill Clinton fue la estrella en el horario estelar de la convención. Con un discurso de 48 minutos que se extendió más allá del tiempo asignado, el exmandatario casi le robó el espectáculo al titular. A diferencia de entonces, está programado que Clinton hable menos de cinco minutos esta noche, en la segunda jornada de la Convención Nacional Demócrata. Y lo haría mucho antes de las 22:00, la hora de mayor audiencia, en un discurso pregrabado desde su casa en Chappaqua, Nueva York.
Según apuntó The New York Times, se trata de la primera Convención Demócrata desde la década de los 80 en la que Clinton, que gobernó de 1993 a 2001, sería poco más que un “espectador”, ya que el partido que una vez llevó al centro político se desplaza ahora constantemente hacia la izquierda. “Es un testimonio de cómo su influencia se ha desvanecido, un reflejo del tiempo y la edad, sin duda: hoy cumplirá 74 años”, recordó el periódico.
Y los analistas coinciden en esta visión. “Clinton fue el orador principal en 1988, el nominado en 1992 y 1996, el Presidente en ejercicio en 2000, el esposo de una figura importante del partido en 2008, 2012 y 2016. Uno podría discutir sobre 2004, pero está claro que ya no tiene la influencia que tuvo en el pasado”, dice a La Tercera John Pitney, profesor de Política Estadounidense en el Claremont McKenna College. “Clinton sí sabe cómo robar cualquier espectáculo, pero este año no se destaca como un expresidente popular, como lo hizo en el pasado”, agrega John Zogby, fundador y presidente de Zogby International, una de las encuestadoras con más prestigio.
Para Larry Sabato, director del Centro de Política de la Universidad de Virginia, “el Partido Demócrata ha ido mucho más allá del Presidente Clinton”. “Los demócratas de hoy son mucho más liberales que en la década de 1990. Y en parte, esto se debe a la derrota de Hillary (en 2016). Los demócratas solo quieren pasar página sobre los Clinton. Lo último que necesitan es que la convención parezca un desfile de bienvenida a los Clinton”, comenta el analista a este medio. “Basta decir que la era Clinton ha terminado”, asegura Richard Benedetto, académico de la American University y excorresponsal del USA Today en la Casa Blanca.
“Es difícil encontrar un paralelo con el papel en declive de Bill Clinton. Ningún demócrata desde Franklin Delano Roosevelt tuvo tanto éxito como él. Y FDR murió en el cargo”, dice a La Tercera Timothy J. Lynch, profesor de política estadounidense en la Universidad de Melbourne. “Les recuerda a los demócratas que correr hacia el centro, no hacia la izquierda, otorga más probabilidades de ganar. Es un recordatorio de las habilidades políticas de las que carece Joe Biden. Clinton tenía una antena política muy desarrollada”, afirma.
Con todo, señaló el Times, el surgimiento del movimiento #MeToo provocó una reevaluación sobre las diversas acusaciones de conducta sexual inapropiada presentadas en contra de Clinton, no solo el caso con Monica Lewinsky que finalmente admitió, sino las acusaciones de acoso o agresión por parte de Juanita Broaddrick, Kathleen Willey y Paula Jones que sigue negando.
Al respecto, Sabato dijo que “en 2016, todas las acusaciones contra Clinton hicieron más difícil para los demócratas usar el tema contra Trump”. “Los problemas sexuales de Clinton juegan mal en un partido que se preocupa por el ‘Me too’”, comentó a La Tercera Clyde Wilcox, profesor del Departamento de Gobierno de la U. de Georgetown. “Clinton no representa una imagen que el Partido Demócrata quiera proyectar a las mujeres suburbanas y trabajadoras”, agrega Zogby.
Sobre el supuesto giro del Partido Demócrata, Wilcox admite que “se ha movido un poco a la izquierda, porque el Partido Republicano se movió a la derecha”. Pero recalca que Joe Biden y Kamala Harris, la fórmula presidencial demócrata, “son moderados”. Una evaluación que comparte Pitney. “Según los estándares de 1992, Biden y Harris son liberales. Para los estándares del Partido Demócrata de 2020, son moderados”, afirma.
“Puede que Biden y Harris no representen a la izquierda del Partido Demócrata como lo hacen Bernie Sanders, Alexandria Ocasio-Cortez o Elizabeth Warren, pero el partido está a la izquierda de lo que era incluso cuando Barack Obama fue elegido y gobernó”, señala Zogby. Y Sabato es categórico sobre Biden y Harris: “Ninguno de los dos es de extrema izquierda”. Sin embargo, Benedetto dice a La Tercera que “escuchar a Joe Biden hablar hoy y cuando se postuló con Obama es como oír a dos personas diferentes”.