Tal como se esperaba, la tensión entre Israel e Irán se agudizó luego de que Donald Trump anunciara la salida de Estados Unidos del acuerdo nuclear con Teherán firmado en 2015. En la madrugada de ayer, Israel llevó a cabo decenas de ataques aéreos contra infraestructuras supuestamente iraníes en Siria, en represalia por disparos de cohetes contra sus posiciones en los Altos del Golán, en una escalada de tensión que mantiene alarmada a la comunidad internacional.

"La decisión del Presidente Trump es el equivalente a tirar gasolina en un incendio en Medio Oriente. Hará que la ya conflictiva región sea aún más peligrosa. Es un autogol", dijo a La Tercera, Bruce Riedel analista del Brookings Institution.

Los ataques, que según Israel propinaron un duro golpe a las instalaciones militares de Irán en el área, han escalado la tensión en Medio Oriente y confirman un reordenamiento del mapa regional.

En este sentido, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, declaró ayer que Irán traspasó la línea roja al lanzar cohetes contra Israel y que su país "reaccionó en consecuencia". "Las baterías del Ejército sirio dispararon misiles tierra-aire contra nosotros, y golpeamos", declaró Netanyahu.

A su vez, el subcomandante Hosein Salami, del Cuerpo de los Guardianes de la Revolución de Irán, negó que su país estuviera detrás del ataque.

Según el diario The New York Times, Irán e Israel han llevado a cabo una suerte de "guerra en las sombras" durante meses en Siria, pero ahora el conflicto está expuesto. El columnista Thomas Friedman ya lo adelantaba en abril, cuando señaló que el primer round entre ambas partes ocurrió el 10 de febrero cuando un drone iraní, lanzado por una unidad de la Fuerza Quds (unidad de la Guardia Revolucionaria) que opera fuera de la base aérea T4 en Siria, fue derribado con un misil proveniente de un helicóptero Apache israelí que lo estaba siguiendo desde que el aparato entró al espacio aéreo de Israel en el norte. El segundo round se produjo el 9 de abril, cuando Israel lanzó un ataque contra la base T4, desde donde había salido el drone en febrero, apuntando directamente por primera vez una instalación y personal iraní en Siria.

Rol de Rusia

Para Friedman, la construcción de bases y fábricas de misiles por parte de Irán en Siria, luego de haber ayudado al Presidente Basher Assad a aplastar a la oposición, "parece ser una jugada de las Fuerzas Quds para extender el control iraní en partes clave del mundo árabe y avanzar en su posición interna en Irán en su lucha de poder con el Presidente Hassan Rouhani. Ahora las Fuerzas Quds tienen más o menos control , a través de grupos subsidiarios, en cuatro capitales Damasco, Beirut, Bagdad y Saná".

Según los analistas, Rusia, el gran aliado del régimen de Assad y que prometió mantener una "estrecha colaboración" con Teherán por el acuerdo nuclear, puede jugar un papel importante en esta crisis.

En este sentido, el analista e historiador Yoram Meital, de la Universidad de Ben Gurión, dijo a la agencia EFE que si bien "este combate de boxeo va a continuar" no será una guerra abierta, debido a los elementos externos que ejercen gran presión, como es el caso de Rusia, que "tiene tanta fuerza militar y tanta capacidad en la zona que podría haber desbaratado fácilmente la operación israelí, pero eligieron no hacerlo y observar".

De hecho, los ataques ocurrieron horas después de que el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, se reuniera con el Presidente ruso, Vladimir Putin, en el Kremlin, y se especula que en ese encuentro llegaron a un entendimiento por el que Israel atacará si se siente amenazado.

Por otro lado, Meital destacó que los periódicos de Arabia Saudita, Jordania y Egipto trataron los últimos incidentes de manera muy parecida a cómo lo han hecho los medios israelíes. A su juicio, los medios de los mencionados países árabes "ya no usan la retórica que empleaban en el pasado en el sentido de 'Israel como el único atacante', sino que ahora dan información de los hechos", explicó. Además, dijo que el cambio de actitud política se debe a una crítica de los gobiernos de aquellos países a la intención iraní de expandir su influencia más allá de sus fronteras.