El Kremlin manifestó su "alarma" tras la muerte del general iraquí, Qasem Soleimani, y aseguró que lo sucedido puede provocar graves consecuencias en terminos de "paz y estabilidad" en Medio Oriente. 

"Las noticias sobre la muerte del comandante del IRGC Qasem Soleimani en un ataque hecho por las fuerzas armadas de Estados Unidos en el aeropuerto de Bagdad es realmente alarmante", señala la declaración de la vocera del ministerio de Asuntos Internacionales, Maria Zakharov.

"Presumimos que dichas acciones no contribuyen a encontrar las soluciones a los complejos problemas que se han acumulado en el Medio Oriente, sino más bien lideraran una nueva escalada de tensión en la región", agrega la declaración.

Más temprano, la diplomática condenó el actuar de Washington quienes respondieron a las protestas en la embajada de EE.UU. en Bagdad, ya que, los pasos correctos eran primero ir a la sede de Naciones Unidas, pero la administración de Trump no fue al Consejo de Seguridad, por lo que, la reacción del mundo no les interesa".

La reacción de Moscú se da luego del anuncio de la TV iraní sobre las muertes del general iraní Qasem Soleimani -a cargo de los asuntos iraquíes en el ejército ideológico de Irán-  y de Abu Mehdi al Muhandis, el número dos de Las Fuerzas de Movilización Popular (Hashd al Shaabi), en un bombardeo al aeropuerto de Bagdad, las primeras sospechas cayeron sobre la Casa Blanca.

Las Fuerzas de Movilización Popular, una coalición de paramilitares mayoritariamente proiraníes y ahora integrados en el Estado iraquí, atribuyó las muertes a "un bombardeo estadounidense".

Ya tras las noticias sobre el bombardeo y las bajas de Soleimani y al Muhandis, las presunciones comenzaban a tomar forma: el Presidente de EE.UU., Donald Trump, en su cuenta en Twitter, posteó una foto de la bandera estadounidense.