Rusia declaró que los combatientes armenios de la región secesionista de Nagorno Karabaj habían empezado a dejar las armas cuando llegó ayuda humanitaria a los 120.000 armenios de la zona, que dicen que el mundo les ha abandonado tras la derrota de sus fuerzas por Azerbaiyán.
“Las formaciones armadas de Karabaj han comenzado a entregar armas y equipo militar bajo el control de las fuerzas de paz rusas”, declaró Rusia, que tiene unas 2.000 tropas de paz en Karabaj.
El Ministerio de Defensa ruso señaló que, hasta el momento, los combatientes habían entregado seis vehículos blindados, más de 800 cañones y unas 5.000 unidades de munición.
Rusia reportó haber entregado más de 50 toneladas de alimentos y otras ayudas.
Los armenios de Karabaj, reconocida internacionalmente como parte de Azerbaiyán, se vieron obligados a declarar un alto el fuego el 20 de septiembre tras una operación militar relámpago de 24 horas por parte del Ejército azerbaiyano, mucho más numeroso.
Azerbaiyán quiere integrar la región
El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) declaró haber suministrado 28.000 pañales, así como mantas y combustible. Un convoy de ayuda del CICR llegó a la frontera en dirección a Karabaj a última hora de la tarde del sábado, según un testigo de Reuters, el primero desde que Azerbaiyán retomó la región.
El futuro de Karabaj y de sus 120.000 habitantes de etnia armenia pende ahora de un hilo: Azerbaiyán quiere integrar la región, disputada desde hace mucho tiempo, pero los residentes de etnia armenia dicen que temen ser perseguidos y han acusado al mundo de abandonarlos.
Los armenios de Karabaj declararon a Reuters que se encontraban prácticamente asediados en la región, con escasos alimentos, electricidad o combustible, y pidieron ayuda a las grandes potencias.
Azerbaiyán prevé una amnistía para los combatientes armenios de Karabaj que abandonen las armas y ha dicho que los armenios pueden abandonar la región en dirección a Armenia si lo desean.
Armenia, que perdió una guerra en 2020 contra Azerbaiyán por la región, ha habilitado un espacio para decenas de miles de armenios de Karabaj, aunque el primer ministro Nikol Pashinyan afirma que no quiere que abandonen sus hogares a menos que sea absolutamente necesario.
El senador demócrata estadounidense Gary Peters, al frente de una delegación del Congreso que visitó el sábado la frontera entre Armenia y Azerbaiyán, afirmó que la situación requiere observadores internacionales y transparencia por parte de Azerbaiyán.
“Creo que el mundo necesita saber exactamente lo que está ocurriendo allí”, declaró Peters a la prensa. “Hemos oído decir al gobierno azerbaiyano que no hay nada que ver, nada de lo que preocuparse, pero si ese es el caso, entonces deberíamos permitir la entrada de observadores internacionales”.
“Creo que tiene que haber cierta visibilidad”, afirmó.
El legislador advirtió a sus colegas del “desastre humanitario” en la zona.
Operación “antiterrorista”
Azerbaiyán comenzó el martes su operación “antiterrorista” contra Nagorno-Karabaj después de que algunas de sus tropas murieran en lo que Bakú dijo que eran ataques desde la región montañosa.
Estados Unidos se declaró profundamente preocupado por “las acciones militares de Azerbaiyán”.
Los relatos de los combates fueron escalofriantes.