El Gobierno de Rusia ha dejado claro este lunes que no está dispuesto a acceder a un alto el fuego inmediato en Ucrania como gesto ante el potencial inicio de negociaciones de paz y ha avisado de que mantendrá sus operaciones militares hasta que el diálogo se traduzca en resultados “firmes” y que “convenga” a los intereses de Moscú.
Así lo ha planteado el ministro de Exteriores, Sergei Lavrov, que ha considerado que Estados Unidos se ha expresado de forma igualmente “clara” al matizar que, pese al deshielo diplomático de la semana pasada, no habrá “una paz inmediata”. “Esa opción no nos conviene”, ha dicho, alegando que “ya se intentó” en los contactos auspiciados por Turquía en los primeros compases de la invasión.
En este sentido, ha recordado durante una comparecencia en Ankara que el presidente estadounidense, Donald Trump, llegó a calificar de “error” el hecho de “arrastrar a Ucrania en la OTAN”, una tesis que para Moscú representa “una de las causas fundamentales” de lo que estalló hace ya tres años con el inicio de la invasión.
Lavrov ha vuelto a describir la futura incorporación de Kiev como una línea roja, pese a que sostiene que Rusia está dispuesto a hablar con cualquier actor, incluido la propia Ucrania, que “quiera ayudar a lograr la paz” y encare este proceso “de buena voluntad”, informa la agencia Interfax.
El ministro no descarta de primeras hablar con países europeos, pese a que el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, ha matizado este lunes que no es un horizonte inmediato. Peskov ha apuntado que la “convicción” de la UE para imponer sanciones --los Veintisiete han cerrado ya el acuerdo para la decimoséptima ronda de castigos-- entronca con el aparente deseo de que la guerra continúe.
“Esta convicción de los europeos contrasta totalmente con el deseo de encontrar vías para resolver el conflicto, que es lo que estamos haciendo actualmente con los estadounidenses”, ha indicado el portavoz presidencial.