Rusia, Estados Unidos y Reino Unido intercambiaron acusaciones el martes en las Naciones Unidas sobre la posibilidad de un ataque con armas químicas en Ucrania, pero ninguno aportó pruebas para respaldar sus preocupaciones.
Los diplomáticos hicieron estos comentarios a periodistas después de que Rusia planteara la cuestión de una fuga de amoníaco en la asediada ciudad ucraniana de Sumy, en el noreste del país, culpando a “grupos nacionalistas radicales ucranianos”, durante una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU. La acusación fue rechazada por Reino Unido y Washington.
El embajador adjunto de Rusia ante la ONU, Dmitri Polyanskiy, dijo que los soldados rusos “nunca han planeado ni llevado a cabo ataques contra ninguna instalación ucraniana donde se almacenen o produzcan sustancias tóxicas”.
“Está claro que las autoridades nacionalistas ucranianas, alentadas por los países occidentales, no se detendrán ante nada para intimidar a su propio pueblo y montar ataques para acusar a Rusia”, sostuvo Polyanskiy.
Es la tercera vez que Rusia plantea la cuestión de las armas biológicas o químicas desde que el 24 de febrero inició lo que denomina una “operación militar especial” para “desmilitarizar” Ucrania. Occidente y Kiev lo rechazan como un falso pretexto para invadir un país democrático.
El embajador ruso en la ONU Dmitri Poliansky les dijo a los reporteros que Rusia mencionó “la amenaza de provocaciones químicas en Ucrania” en consultas a puertas cerradas al final de una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU sobre el Oriente Medio este martes, diciendo que los nacionalistas ucranianos eran responsables de un derrame reciente de amoniaco en una planta química de la ciudad de Sumy. El gobernador regional de Sumy dijo que el derrame en la planta, que produce fertilizantes, fue causado por artillería rusa.
Poliansky afirmó que ésta era uno de varios ejemplos de “provocaciones químicas de bandera falsa cuyo montaje está siendo preparado por radicales ucranianos con la asistencia de la inteligencia occidental y compañías militares privadas para acusar a Rusia de usar armas químicas”. Acusó de nuevo al “régimen de Kiev” de desarrollar “un programa biológico militar con la ayuda de Estados Unidos, al tiempo que busca obtener armas nucleares”.
“Es difícil no llegar a la conclusión -dado su historial en el Reino Unido, en Rusia contra Alexei Navalny, dado lo que hemos visto en Siria- de que esto bien podría ser un preludio para que los propios rusos creen algún tipo de ataque ‘de bandera falsa’”, dijo a periodistas la embajadora británica ante la ONU, Barbara Woodward.
La embajadora de Estados Unidos ante la ONU, Linda Thomas-Greenfield, desestimó las acusaciones de Rusia como “ridículas”. “Nuestra preocupación es que esto es un precursor de los planes de Rusia para utilizar armas químicas”, señaló.
Un responsable de defensa estadounidense dijo el martes que Estados Unidos no ha visto todavía ningún indicio concreto de un inminente ataque ruso con armas químicas o biológicas en Ucrania pero destacó que se está vigilando de cerca la información
Además, por tercera vez, Rusia acusó a Ucrania de preparar ataques químicos con ayuda de Occidente y de buscar la consecución de armas biológicas e incluso nucleares, acusaciones negadas vehementemente por Estados Unidos y Gran Bretaña.
La embajadora estadounidense Linda Thomas-Greenfield expresó preocupación el martes de que las “acusaciones ridículas” de Rusia de que Ucrania planea usar armas químicas son “un precursor para los planes de Rusia de usar armas químicas, y tenemos que asegurarnos de que el mundo escuche esto y entienda lo que está ocurriendo”.