El ejército ruso estrecha su cerco en torno a la ciudad de Mariupol (sur) y en el este de Ucrania, donde el presidente estadounidense, Joe Biden, acusó a las fuerzas del Kremlin de estar perpetrando un “genocidio”.
La intensificación de la ofensiva rusa en Mariupol viene de la mano con acusaciones no confirmadas sobre el supuesto uso de armas químicas en esta ciudad portuaria y la denuncia por parte de Kiev de “cientos de violaciones” a mujeres y niñas.
“Se han registrado cientos de casos de violación, incluidos los de niñas menores de edad y niños muy pequeños. ¡Incluso un bebé!, aseguró el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, en un mensaje ante el Parlamento lituano. “Solo hablar de ello da miedo”.
En la víspera, funcionarios de la ONU pidieron investigar la violencia contra las mujeres en Ucrania. “Cada vez oímos hablar más de violaciones y violencia sexual”, dijo Sima Bahous, directora de la agencia de la ONU para la mujer.
Tras replegar sus tropas de la región de Kiev y el norte de Ucrania, Rusia se enfoca en el este, especialmente en la ciudad de Mariupol, asediada durante más de 40 días, cuya toma daría a Moscú continuidad territorial entre los territorios prorrusos del Donbás y la anexionada península de Crimea.
El gobernador ucraniano de la región de Donetsk (este), Pavlo Kyrylenko, dijo en una entrevista con la CNN estadounidense que “entre 20.000 y 22.000 personas han muerto en Mariupol”.
El consejero presidencial ucraniano, Mijailo Podoliak, indicó en Twitter que “los soldados ucranianos están rodeados y bloqueados” en esta ciudad en el mar de Azov, donde un “90% de las casas” han sido destruidas.
Periodistas de la AFP en Mariupol que acompañaban al ejército ruso fueron testigos de la desolación en la ciudad, incluido el teatro donde se teme la muerte de 300 personas por un bombardeo ruso el mes pasado.
El lunes, fuentes ucranianas denunciaron el presunto uso de sustancias químicas en esa ciudad que provocaron problemas respiratorios y neurológicos a sus tropas, informaciones que no han sido confirmadas.
El jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, dijo no poder confirmar estas alegaciones, pero aseguró disponer de “información creíble” sobre la posibilidad de que Rusia utilice “agentes químicos” en su cerco sobre Mariupol.