Rusia prosiguió el viernes con el avance de tropas en el este y el centro de Ucrania y el estrechamiento del cerco sobre Kiev, la capital, a pesar del anuncio de Estados Unidos de aumentar las sanciones contra Moscú por la invasión del país vecino.
Centenares de miles de civiles se hallan atrapados bajo los bombardeos, dos semanas después del inicio de la invasión, el 24 de febrero. Según la ONU, 2,5 millones de ucranianos ya huyeron del país.
El ejército ucraniano declaró que las tropas rusas están concentrando sus esfuerzos en la capital, el puerto de Mariúpol, en el sureste del país, y varias localidades del centro, como Krivói Rog, Kremenchuk, Nikopol o Zaporiyia.
“Incapaz de conseguir éxitos, el enemigo continúa sus ataques con ayudas de misiles y bombas sobre ciudades”, indicó en un comunicado.
Las circunstancias son particularmente atroces en Mariúpol, en el mar de Azov, donde Médicos Sin Fronteras alertó de una situación “casi desesperada” con “cientos de miles de personas” sin agua ni calefacción tras doce días de asedio.
Las autoridades locales hablan de 1.500 civiles muertos y el Comité Internacional de la Cruz Roja alertó de que algunos residentes “han empezado a pelearse por la comida”.
Hasta ahora, los países occidentales han ofrecido respaldo militar y humanitario a Ucrania, y refuerzan casi diariamente las sanciones contra Moscú, pero rehúsan convertir el conflicto en un enfrentamiento entre Rusia y la OTAN, dos potencias nucleares.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, afirmó el viernes que, junto al G7 y la Unión Europea, excluyó a Rusia del régimen normal de reciprocidad que rige el comercio y que detendrán la importaciones de vodka, diamantes, pescado y marisco rusos.
“Putin debe pagar el precio, no puede empezar una guerra que amenaza los fundamentos de la paz internacional y de la estabilidad y luego pedir ayuda a la comunidad internacional”, dijo Biden.
Las primeras negociaciones de alto nivel entre Rusia y Ucrania, el jueves en Turquía, no desembocaron en ningún avance de cara a un alto el fuego, pero el presidente ruso, Vladimir Putin, afirmó que vio algunos “pasos positivos” en las conversaciones.