Las fuerzas rusas realizaron un nuevo ataque masivo con misiles y drones autoexplosivos en casi una docena de provincias de Ucrania, según reportaron las autoridades locales a través de Telegram. Este ataque tuvo lugar después de que Alemania y Estados Unidos aprobaran el envío de sus tanques Leopard 2 y M1 Abrams al Ejercito ucraniano, acción que llevó a Moscú a acusar a Occidente de “intervención directa” en la guerra.
La capital Kiev, Odesa, Dnipro, Kherson y Zaporiyia fueron algunos de los objetivos de los bombardeos rusos. Once personas murieron y 11 resultaron heridas en los ataques con drones y misiles, que se extendieron por 11 regiones y también dañaron 35 edificios, dijo el portavoz del Servicio Estatal de Emergencias, Oleksandr Khorunzhyi. El alcalde de Kiev, Vitali Klitschko, informó que una persona falleció durante los ataques, la primera muerte de este tipo en la ciudad desde la víspera de Año Nuevo.
El ataque empezó entre la noche del miércoles y la mañana del jueves, cuando el sistema de defensa aéreo de Ucrania alertó sobre la presencia de naves no tripuladas, seguidos por misiles que se dirigían a distintas regiones del país, cuyo objetivo principal era la capital de Kiev. Ucrania dijo que había derribado los 24 drones enviados durante la noche por Rusia, incluidos 15 alrededor de la capital, y 47 de los 55 misiles rusos, algunos disparados desde bombarderos estratégicos Tu-95 en el Ártico ruso.
Sin embargo, algunos de estos lograron llegar a su objetivo, como fue el caso del misil que destruyó un edificio no residencial en Kiev, el cual mató a una persona y dejó a dos heridas, momentos después de que se reportaran explosiones en Dnipro. Junto a esto, las autoridades de la región de Kherson notificaron un ataque con fuego de artillería, que terminó con al menos una persona fallecida y cuatro heridos.
Por otro lado, el bombardeo a centrales eléctricas de Odesa y Zaporiyia cobraron la vida de tres personas, junto con un daño significativo a la infraestructura eléctrica en distintas zonas del país, lo que provocó cortes masivos de energía en las regiones afectadas.
En relación al ataque a Odesa, lugar que fue declarado como Patrimonio Mundial por la Unesco el día miércoles, el ministro de Relaciones Exteriores, Dmytro Kuleba, declaró sobre las intenciones de Rusia al atacar la región: “Esta destrucción es la respuesta de Putin a que la Unesco incluyera ayer Odesa en su Lista de Patrimonio Mundial y la colocara bajo protección reforzada en la Lista de Patrimonio Mundial en Peligro”, afirmó Kuleba en su cuenta de Twitter.
Estos ataques ocurren poco después de que se confirmara el envío de tanques Leopard 2 y M1 Abrams por parte de varios países occidentales a Ucrania, razón por la que se cree que los bombardeos en Ucrania corresponderían a una “medida vengativa” del Kremlin frente a este anuncio, quien además acusó a Occidente de “intervenir directamente” en la guerra, lo cual, según ellos, traería consecuencias “catastróficas”.
“Escuchamos constantemente de capitales europeas y Washington que el envío a Ucrania de sistemas de armas, incluidos tanques, no implica una participación de estos países o la OTAN en las hostilidades en Ucrania. Estamos categóricamente en desacuerdo. Para Moscú, todo lo que la Alianza y las capitales que he mencionado están haciendo es percibido como una participación directa en el conflicto. Vemos que esto está aumentando”, declaró el portavoz del Kremlin, Dimitry Peskov, a la agencia rusa Interfax.
Aunque los ataques recientes a Ucrania se encuentran medianamente controlados, el país se mantiene en estado de alerta y se prevé que continúen los bombardeos al territorio. “Gracias al excelente trabajo de la defensa aérea, todos los objetivos han sido derribados. Sin embargo, el peligro de bombardeos no ha terminado. Permanezcan en los refugios hasta que termine la alarma”, afirmó Serhiy Popko, jefe de la Administración Civil-Militar de Kiev.
Junto con Alemania y EE.UU., Gran Bretaña, Polonia, los Países Bajos y Suecia se encuentran entre las naciones que enviaron o anunciaron planes para suministrar cientos de tanques y vehículos blindados pesados para fortalecer a Ucrania cuando entra en una nueva fase de la guerra e intenta romper las atrincheradas líneas rusas.
Gian Gentile, un veterano del Ejército de EE.UU. e historiador del think tank Rand, dijo a The Associated Press que el M1 Abrams y los Leopards le darían a Ucrania una “fuerza de ataque blindada mecanizada”.
El gobierno británico informó este jueves que comenzaría a entrenar a las tropas ucranianas la próxima semana sobre cómo usar y reparar los tanques Challenger 2. Reino Unido está entregando 14 de los tanques a las fuerzas de Ucrania, y el ministro de Defensa, Alex Chalk, dijo que deberían llegar a Ucrania a fines de marzo.
Por su parte, el ministro de Defensa alemán, Boris Pistorius, indicó que las tripulaciones ucranianas comenzarán su entrenamiento en Alemania en los próximos días con los Marders de fabricación germana, que son vehículos de combate de infantería, mientras que el entrenamiento en los tanques Leopard 2 más pesados comenzará “un poco más tarde”. “En cualquier caso, el objetivo con los Leopards es tener la primera compañía en Ucrania a fines de marzo, principios de abril”, agregó. “No puedo decir el día exacto”.
El gobierno de Ucrania, en tanto, agradeció a la OTAN por el envío de armamento militar, y aseguró que el siguiente paso para su estrategia es obtener aviones de combate, entre los que destacan los cazas F-16 del arsenal estadounidense, mientras prepara una contraofensiva en Kiev, con la que busca recuperar el territorio perdido con la ayuda de los estratégicos tanques de Occidente.
Los dos Ejércitos, asegura el diario El País, preparan grandes operaciones militares para la primavera boreal, y los analistas señalan que la mejor opción para Kiev es atacar a los rusos desde Zaporiyia hacia el mar de Azov y Crimea.