La respuesta de Rusia ante la expulsión de más de 140 diplomáticos en Europa y Estados Unidos no tardó en llegar. El ministro de Relaciones Exteriores, Serguei Lavrov, anunció hoy que su país expulsará el mismo número de funcionarios estadounidenses que sacó EE.UU. y, además, dijo que cerrarán el consulado de Washington en San Petersburgo a partir de este sábado.
Así, la cancillería rusa sostuvo que había declarado persona non grata a 58 diplomáticos estadounidenses en Moscú y dos funcionarios del consulado general en Ekaterimburgo, los que deben abandonar el país el 5 de abril, según señaló el diario The Moscow Times. También Lavrov dijo que Rusia tomará las mismas medidas en contra de los países que expulsaron diplomáticos rusos esta semana.
El Ministerio de Relaciones Exteriores ruso había llevado a cabo una encuesta en Twitter en el que se pedía votar por el consulado, de un total de tres, que debía sufrir las represalias. Ganó el de San Petersburgo, una de las ciudades más importantes del país.
Ante la medida rusa, el gobierno de Donald Trump invitó a Moscú a "no hacerse la víctima". La vocera del Departamento de Estado, Heather Nauert, señaló que las decisiones de Rusia son "desagradables y arbitrarias". La cancillería rusa convocó al embajador de EE.UU, John Huntsman, para comunicarle las medidas y también le entregó una "nota de protesta por las indignantes e infundadas exigencias" de que 60 diplomáticos rusos abandonen ese país.
Este choque entre Occidente y Rusia fue gatillado por el envenenamiento que sufrió el ex espía ruso Sergei Skirpal, de 66 años, y su hija en Reino Unido. Londres culpó al gobierno ruso, y sostuvo que para el ataque se había usado el agente nervioso de la era soviética Novichok, que fue dejado en la puerta de la casa de Skirpal en Inglaterra. Rusia ha negado cualquier participación en el envenenamiento contra Skripal y han sugerido que sospecha que los servicios británicos están tratando de apuntar a Moscú para provocar una histeria anti rusa.
Hasta ahora el gobierno británico no ha hecho pública la evidencia, pero la ha compartido con sus aliados, que han dicho que están de acuerdo con las conclusiones de Londres. En ese sentido, el Presidente Donald Trump no ha hecho declaraciones públicas sobre el ataque con agente nervioso o quién era el responsable. Sin embargo, según The New York Times, sus funcionarios han respaldado las declaraciones de la primera ministra británica, Theresa May. Por eso Trump ordenó el lunes la expulsión de 60 funcionarios rusos que trabajan en Estados Unidos y el cierre del consulado en Seattle.
Aliados de Londres
Ese mismo día, más de 20 países principalmente europeos anunciaron expulsiones y otros se unieron el martes, como también lo hizo la OTAN en Bruselas. "Las expulsiones fueron una extraordinaria muestra de unidad internacional y coordinación en solidaridad con Reino Unido", dijo el periódico. Tras el envenenamiento, Londres expulsó a 23 funcionarios rusos y Moscú respondió expulsando a 23 británicos.
En total, 27 países han expulsado a más de 150 funcionarios rusos, entre los que se incluye a personas catalogadas por las embajadas y consulados como diplomáticos y agregados militares y culturales. Según funcionarios occidentales, estos ciudadanos rusos son en realidad espías, por lo que las expulsiones podrían dificultar los esfuerzos de espionaje.
Las relaciones entre Occidente y Rusia ya atravesaban un mal momento. Ello, tanto por el rol que ha jugado Moscú en la guerra en Siria y por el conflicto en el este de Ucrania. También la tensión se explica por la anexión de Crimea, en marzo de 2014 y por las acusaciones de la supuesta intervención rusa en las elecciones de Estados Unidos en 2016 y en otros países.
Según The New York Times, las represalias aumentan las perspectivas de una escalada más seria, ya sea pública o clandestina. En ese sentido, el secretario general de la ONU, António Guterres, advirtió hoy que las relaciones entre Rusia y Estados Unidos se están deteriorando a una situación "similar, en gran medida, a lo que vivimos durante la Guerra Fría". Por ello, llamó a que se fijen salvaguardas.
Las primeras señales de lo que puede venir en cuanto a las represalias ocurrió esta semana con el anuncio del gobierno británico de que iba a revisar los casos de 700 rusos a quienes se les otorgaron visas para residir en Reino Unido, principalmente porque podrían invertir millones de dólares en el país.
Según el Times, esto muestra una suerte de apertura para cortar el acceso del gobierno de Putin a los mercados financieros británicos. Aunque muchos analistas se encuentran escépticos sobre esta medida, ya que se ha anunciado en el pasado.