"Soy la peor pesadilla de Rusia, pero con eso dicho, Rusia debería estar en esta reunión", señaló ayer Donald Trump, en la Casa Blanca, antes de despegar a Canadá, la sede de la 44ª cumbre del G7 que se extiende hasta hoy. Así, el Presidente de EE.UU. transformó a Rusia en el tema central de la cita, tras reclamar la vuelta de Moscú después de su expulsión en 2014 por la anexión de Crimea.
Salvo Italia, la propuesta fue rechazada por los otros miembros del grupo. Una diferencia que aleja aún más a EE.UU. de sus aliados, luego de los desacuerdos que ya tenían sobre comercio, cambio climático y relaciones exteriores.
"¿Por qué tenemos una reunión sin Rusia? Les guste o no, y puede que no sea políticamente correcto, pero tenemos que gestionar los asuntos globales", dijo Trump al justificar su propuesta. Pero su petición no cayó bien entre los demás asistentes: Alemania, Canadá, Francia, Japón y Reino Unido.
"Dejemos el G7 como está ahora. El siete es un número de la suerte, al menos en nuestra cultura", señaló el presidente del Consejo de Europa, Donald Tusk, quien acusó a Trump de querer "cambiar el orden internacional". Antes estas turbulencias, Tusk admitió que esta sería la cumbre "más difícil en años".
Francia, Reino Unido y Alemania también se pronunciaron en contra. "Un regreso de Rusia al G7 no es posible a no ser que se hagan progresos sustanciales en relación al problema de Ucrania", señaló la canciller alemana, Angela Merkel.
Solo el nuevo primer ministro italiano, Giuseppe Conte, que se estrenó en la cita, se mostró de acuerdo con el Presidente de Estados Unidos. A través de un mensaje en Twitter, Conte tomó su primera posición internacional. "Estoy de acuerdo con el Presidente Trump: Rusia debería volver al G8. Es de interés para todos", señaló.
Sin embargo, más tarde Francia, Alemania, Reino Unido e Italia decidieron en bloque negar la solicitud de Trump sobre el retorno de Rusia. "La posición europea no es por un retorno de Rusia", dijo el comunicado de los cuatro líderes europeos. En todo caso, los miembros de la Unión Europea aclararon que "la posibilidad de establecer un diálogo" era una concesión a Italia.
En EE.UU. tampoco agradó la idea de Trump. El líder de la minoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer, criticó la cercanía del mandatario con Rusia y dijo que se debe "distinguir entre nuestros aliados y nuestros adversarios". "El Presidente Trump está convirtiendo nuestra política exterior en una broma internacional, que causa daño persistente a nuestro país", insistió.
La molestia de los demócratas sobre la petición de Trump se debe a la investigación en curso del fiscal especial Robert Mueller sobre la posible injerencia del Kremlin en las elecciones de EE.UU. en 2016. La idea de Trump de invitar a Rusia al G7 "justo después de que interfiriera en las elecciones para apoyar su campaña" dejará a "millones de estadounidenses con serias dudas y sospechas", afirmó Schumer.
El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, señaló que Moscú prefiere resaltar "otros formatos" de conversaciones internacionales. En tanto, Konstantin Kosachev, presidente del comité de Relaciones Exteriores de la Cámara Alta del Parlamento ruso, dijo que "el G8 necesita a Rusia mucho más de lo que Rusia necesita el G-8".
La reunión del G7 en Le Manoir Richelieu, un hotel de lujo en la localidad canadiense de La Malbaie, tenía establecido una agenda sobre igualdad de género, desarrollo económico sustentable y la lucha contra la contaminación, que pasó a segundo plano tras la crisis de Trump y los aliados.
Aunque en primera instancia la reunión entre Trump y su homólogo francés, Emmanuel Macron, había sido cancelada por el retraso del mandatario estadounidense, está finalmente se llevó a cabo. Sin embargo, a juicio de los analistas, Macron endureció su tono contra el estadounidense y confirmó lo efímero de su romance. "Puede que al Presidente de Estados Unidos no le importe quedar aislado, pero al resto tampoco nos importa firmar un acuerdo de seis países", dijo. Además, se mostró desafiante en materia económica, a pesar de que EE.UU. es la mayor potencia mundial, al advertir de que el mercado de los seis países restantes en bloque resulta mayor.
Trump no tardó en responder: "No veo la hora de enderezar los acuerdos comerciales injustos con los países del G7. Si eso no ocurre, ¡mejor para nosotros!". El inquilino de la Casa Blanca no estará para las conclusiones de la cumbre debido a que viaja a Singapur para la histórica cumbre con el líder norcoreano, Kim Jong Un.